Los noviazgos ya no son lo que eran. Ni falta que hace, debo añadir. En nuestro caso, tratamos de conjugar con mucho cuidado la primera parte de la oración: esto es, que por mi parte la pareja de tórtolos puede hacer lo que les parezca mejor y como si se quieren casar por el rito zulú y la segunda parte de la oración: los santos padres son como sacados de un relato del siglo XIX. Ahí estamos, haciendo lo que podemos.
El sábado 20 fue la pedida. Esa es otra, vaya términos. La pedida. Gracias que el novio ha heredado un poco de mala leche y en los momentos álgidos asoma esa pizquita irónica que le hace irresistible. O eso dice la Miss.
Como nuestra casa no es el Palacio de Liria decidimos celebrarlo en un restaurante. Reservamos en el Goya del Ritz por aquello de que de perdidos, al río (the lost to de river, que dice Mamen).
Mientras tomamos un aperitivo, la Miss advierte, con fingida seriedad:
- Os pongáis como os pongáis mi cuerpo me pertenece y no estoy dispuesta a dar ninguna de mis extremidades ni superiores ni inferiores a nadie, si he aceptado venir hasta aquí ha sido por una cuestión de educación, por no haceros un desaire, quiero que quede constancia.
- ¿Eso son técnicamente unas calabazas? ¿Quieres decir que me rechazas?, sigue la broma el Heredero.
- Ay, por Dios, no digas esas cosas, dice Gigi, sin advertir que los chicos están bromeando, a estas alturas un escándalo semejante…
Yo me muerdo la lengua una vez más, que me voy a quedar sin ella de tanto morderla y me voy a tener que buscar una de trapo. Pero no puedo evitar el comentario:
- Mejor un escándalo que un paso equivocado.
- ¿Por qué va a ser equivocado?, pregunta alarmada la santa madre.
La Miss observa la deriva y rompe la tensión.
- ¡Mami, que era una broma!
- No sé si mi corazón está para ese tipo de bromas, respira aliviada.
En ese momento, el Heredero saca una cajita del bolsillo, la abre y extrae la joya familiar. Pone la sortija en el dedo anular de la Miss y le dice:
- Este es el eslabón que te une al pasado de las mujeres de mi familia que lo han llevado como símbolo de amor. Luego, mete la mano en la chaqueta y saca una gargantilla de brillantes a juego con la sortija. Y esto es mi regalo para ti, el primer eslabón del futuro.
No me lo puedo creer, oír al Heredero semejante declaración. Miro a Mamen, que es tan peliculera como yo, y le pregunto con la mirada. Sus ojos reflejan la misma sorpresa y vienen a decir: a mí que me registren. Miro entonces a mi chico que observa a la pareja sonriente.
- Ha sido idea tuya, murmuro. Me devuelve una sonrisa angelical.
La Miss tiene los ojos brillantes, se aproxima al Heredero y le planta un beso de tornillo que parece eterno. Gigi hace ademán de decir algo pero se queda muda y con la boca abierta. Estoy por informales de que la niña sabe hacer más cositas de esas pero me da un ataque de prudencia y me callo.
Ignacio viene a interrumpir el momento beso cuando saca la cajita correspondiente con el reloj. Una virguería. El Heredero está que se sale.
La comida discurre en un ambiente distendido. Mientras la conversación se entretiene en asuntos triviales, me controlo para no tararear la cancioncilla que cantaba mi abuela.
Yo me voy todas las tardes a merendar al hotel Ritz, y tras el té suelo hacer mil locuras con un galán que está loco por mí.
Ay, por favor no me baile usted asiiiiii / Ay, por favor, no me oprima usted máaaaas.
Tenga usted cuenta que mira mamá y si se fija nos va a regañar.
lilian de celis -
Observo a Gigi y pienso que encaja perfectamente en la canción del maestro Monreal que popularizó Lilian de Celis hace casi un siglo. Qué candor, cuánta inocencia, me digo. Qué tontuna en los tiempos que vivimos, añado. Qué desperdicio, concluyo.
El runrún de la cancioncilla me bulle en la cabeza: Las mamás cotorreando toman el té sin advertir que en el salón al bailar las parejas hablan de amor con atroz frenesí.
Miro a Mamen. Adonde hemos llegado, nena, de correr delante de los grises a pedir la mano de la hija de los santos padres vascos para el Heredero en el mismísimo Ritz, con sortija y reloj, que no hemos perdonado un detalle.
Me viene a la mente aquel axioma: Estas cosas no se hacen, si se hacen no se cuentan, si se descubren se niegan. Negaré toda la vida haber participado en esta comedia, me juramento ante mí misma.
Cuando salimos, Gigi me dice con cara de arrobo:
- ¡Qué acierto haber elegido este lugar! Era el favorito de mamá. (Lo que te digo).
Y se me pone a cantar con su voz de tiple:
Aunque cien años llegase a vivir yo no olvidaría las tardes del Ritzzzzz.
Entonces, en mi condición de madrina del evento, propongo tomarnos algo en la rotonda del Palace. Me encanta el lugar. Por muchas razones, porque es elegante y acogedor, porque está siempre animado, porque me recuerda el fracaso del asalto al Congreso el 23 de febrero de 1981, cuyo trigésimo aniversario acaba de cumplirse. Y, porque sí, ¿pasa algo? Una tiene derecho a sus contradicciones, ¿no? A ver si voy a ser la única.
Cruzamos la plaza de Neptuno y accedemos al Palace, tan pomposo como el Ritz pero con un touch de modernidad. La Rotonda está casi llena pero nos hacen un sitio sin problema.
Ignacio nos cuenta que aquí fue donde firmó su primer negocio en Madrid, hace casi 40 años. Lo que da pie a que los hombres se pongan a hablar de la empresa de cultivos biológicos que se traen entre manos. La Miss no pierde ripio. Se nota que a ella le importa el proyecto. Gigi se levanta para ir al baño y Mamen me dice muy al oído.
- Tengo que contarte una cosa de Mo que no te lo vas a creer.
4 comentarios:
Y serás capaz de dejarnos así....
¡más, más!
Muy bueno el axioma...muy de derechas, eso sí, porque yo añadiría un último apunte: y no se dimite nunca!!
Abrazos
Adoro esas contradicciones, será porque son en buena medida las mías y así no me cuesta nada entenderlas.
Y admitirás conmigo que según que ritos, tradiciones y demás tienen su aquel ¿no?
estoy con Tita, quiero más..............
Un beso
Me encanta!!!!!sigo esta historia desde sus inicios!!!!! Sácame de dudas por favor, es real o no???
Demasiado tarde para el arrepentimiento -sea cierto o fingido-, lo escrito, escrito esta' y escrito queda.
Dile a tu heredero de mi parte que esa accio'n no es de caballeros aunque haya quedado por las nubes con las miss.
Publicar un comentario