domingo, 21 de marzo de 2010
Cuidado con las manos
Cuando ví la foto en el periódico me vino a la mente esa advertencia popular: cuidado con las manos, que van al pan.
A Rajoy se ve que le va la marcha. Tiene en la crisis económica un aliado incondicional que viene a arroparle todas las noches para que el hombre duerma tranquilo. Pero tiene en sí mismo y en la tropa que le acompaña, sus peores enemigos.
Don Mariano se pasa el tiempo discurseando sobre los males del socialismo, el peligro de las propuestas del gobierno, el aumento del paro y otros bla, bla, blas de su repertorio. De vez en cuando, habla de honradez, de rectitud, de integridad, de decencia. Se le llena la boca con esas palabras. Como la tiene llena, no le da para explicar qué pasa con la trama de corrupción que atraviesa su partido de Madrid a Valencia pasando por Castilla y León y Galicia, con trayectos de ida y vuelta.
Entretanto, el gobierno no encuentra paraguas suficientes para cubrirse del temporal que no amaina. Todos los parámetros con los que se miden la economía y la acción política le están resultando adversos.
Pues así y todo, el PP no acaba de despegar. Las encuestas le dan una ligera ventaja electoral pero en tocante al líder, la opinión pública sigue reticente. Rajoy no es de fiar, vienen a decir.
Para mejorar la imagen y reforzar la fiabilidad, Rajoy tuvo una idea brillante: se fue a Valencia a codearse con Camps, el presidente acusado de dejarse pagar los trajes, sospechoso de corrupción. O, en el mejor de los casos, de bobo.
Sólo se me ocurren dos razones por las que un político curtido como don Mariano se preste a la foto haciendo manitas con Camps:
a.- que esté persuadido de que los españoles en general somos tontos y nos da lo mismo lo que haga porque lo van a elegir de todos modos.
b.- que, como aventuran algunos comentaristas de la noticia, tenga “información privilegiada de los jueces ultrafachas para dejarse hacer una foto con Fray Camps, sabiendo que el caso Gürtel tiene sus días contados”.
En cualquiera de los dos casos, como se cumplan sus previsiones, apaga y vámonos.
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4 comentarios:
pues si!!
el politico no solo debe ser honrado sino además parecerlo, una vez acusado deberías dejar tu cargo si o si...y desde luego, siendo Rajoy, no deberías poner la mano en el fuego por nadie...
Eso si! tambien te digo que si no nos vamos a fiar de lo que salga del juicio, apaga y vamonos!
vale para la trama gürtel, para el proceso a Garzon, para el 11M...
si empezamos a dudar de jueces esto es el final!
y eso que no entiendo como es posible que el poder judicial este tan polarizado!
Yo lo juro
como inhabiliten a Garzón y se cepillen a Gurtel creo que pensaré seriamente a considerar a España como república bananera, con lo que defiendo yo a España muchas veces de los propios españoles
Los puntos G del PP me ponen a punto de gomitar como decía mi E cuanto era pequeña
Besos
Uma: tal como está la justicia, lo raro sería que saliera algo decente tanto en la Gürtel como en lo que toca a Garzón.
A mi modesto entender, lo malo del poder judicial no es que esté polarizado, con ser esto muy malo. Lo peor es que viven en otro mundo donde nada importa ni la justicia propiamente dicha ni los ciudadanos.
Los jueces están a sus cosas, que no se sabe muy bien que son, pero que les tienen muy entretenidos y ajenos a su profesión.
Sólo como ejemplo, no tienes más que ver que un currito que roba porque no se le ocurre otra cosa, puede pasarse media vida en la cárcel pero un pollo que se levanta una fortuna que arregla a su familia para varias generaciones, puede seguir codeandose con lo más florido de la sociedad mientras recurre y apela sucesivamente hasta que los hechos juzgados prescriban.
Y eso sí que es malo de verdad. Porque una sociedad que no cree en su justicia es carne de corrupción.
Crue: puedes seguir defendiendo a España y a los españoles si te realizas de esa manera, pero la justicia necesita un repaso como el comer.
En cuanto a los G, ¿cómo te diría? creo que son la esencia de la esencia de los ppros. Y ni desde dentro ni desde fuera hay mucho interés en limpiar el patio.
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