domingo, 28 de marzo de 2010

Estado confesional



En la ciudad de Roma se da una curiosa paradoja histórica, política y religiosa: el mini Estado vaticano. Es el resultado de una herencia histórica, un anacronismo. El Vaticano es una república coronada, y el Papa, el rey de Roma de los relatos religiosos.

En la segunda década del siglo XXI resulta complicado entender que una religión pueda tener representación diplomática. (En España, el nuncio del Papa es el decano del cuerpo diplomático).


Pues bien, altos dignatarios de este mini Estado, con representación diplomática ante las Naciones Unidas, han sido o están siendo acusados de pederastia, de abusos sexuales sobre niños bajo su custodia en Estados Unidos, Mexico, Irlanda, Alemania, Austria y Holanda, entre otros países.


La iglesia católica ha pasado décadas ocultando y negando la existencia de esas prácticas, protegiendo a los pederastas hasta que el escándalo ha adquirido tal envergadura que no ha sido posible taparlo más.

La indemnización por esos delitos ha llevado a la bancarrota a algunas diócesis americanas y ha supuesto una merma de los recursos económicos de la organización en otros países, aunque muchos de los delincuentes se han ido de rositas, protegidos por su condición de clérigos.

Ahora mismo, cuando proliferan las declaraciones de quienes fueron víctimas de los abusos de curas, un obispo español ha salido a la palestra para acusar a las víctimas de tratar de desviar la atención para que no se hable de Dios. Y el mismo Papa, cuya actuación está siendo puesta en tela de juicio por su tibieza frente a los pederastas, ha recordado las palabras evangélicas de que quien esté libre de pecado tire la primera piedra.

Lástima que estos mismos y otros prelados no sean tan comprensivos a la hora de enjuiciar a los divorciados o a las mujeres que abortan, para quienes tienen reservados su arsenal de rayos y truenos.


Naturalmente, creo que cada persona es dueña de creer lo que estime más adecuado y a organizarse como estime oportuno. Las religiones están bien para quienes crean en ellas siempre que no obliguen a compartir sus teorías y sus prácticas a quienes no lo desean. Extremo éste que no todas entienden cabalmente.

Antes bien, las religiones monoteístas procuran extender su influencia al ámbito civil y confunden con demasiada frecuencia el pecado, que es una infracción contra la moral privada que se dilucida en el ámbito de la conciencia, con el delito, que es una infracción contra la ley civil, que se dilucida en el ámbito público de la justicia.


Me pregunto, a cuantos auténticos Estados se les consentiría seguir formando parte de instituciones democráticas teniendo una estructura política y organizativa como la del Vaticano. Pues ahí los tienes, impartiendo doctrina, oponiéndose a la aprobación de leyes progresistas, estableciendo alianzas de bloqueo con países que representan lo más opuesto a sus postulados religiosos sólo para impedir que prosperen leyes favorables a las mujeres, como ocurrió en la IV Conferencia de Naciones Unidas sobre las mujeres de Pekín y como sucede a diario en la ONU.
A ellos, que les mencionas tu derecho al laicismo y te excomulgan.

8 comentarios:

Uma dijo...

pues si! todo muy paradojico, pero en eso se escudan.
Yo entiendo que tengan que defender sus "doctrinas" y que quieran mantener su poder clásico...pero cada vez es menor el que ejercen...si proclamas tu laicismo y te excomulgan ¿cual es el problema?
Desde luego lo de la pederastia pasa de castaño oscuro!
besos

ODRY dijo...

Creo que todo se basa en la hipocresía, te dicen lo que tienes que hacer, lo que está bien o mal, pero algunos de ellos son la mar de depravados.
Además si te paras a mirar, todas las religiones son absolutamente machistas, el día que hagan una religión en la que la mujer no tenga que someterse al hombre, me volveré religiosa.
Un besazo

La de la tiza dijo...

Uma: eso de que cada vez ejercen menos poder, es un suponer.
Observa los problemas que hay a la hora de elaborar determinadas leyes, o de financiar a la enseñanza privada, o de la financiación a la iglesia, o de la libertad religiosa...
Tienen muchísima capacidad de presión, muchísimo poder.

La de la tiza dijo...

Odry: coincido contigo, todas las religiones se basan en que el hombre es el representante de dios en la tierra, del dios correspondiente en cada caso, y la mujer es el personal subalterno.
En la iglesia católica, las mujeres son lo suficientemente buenas para atender a los ancianos desamparados y al cuidado de los templos, pero no tanto como para ser curas.
Para no mencionar las proclamas misóginas de San Pablo que solían leer en las bodas religiosas, que no sé cómo quedaba una mujer dispuesta para el matrimonio.

Tita dijo...

Sí, sí, te excomulgarán, pero borrarte de las listas, por lo visto no borran.

Desde luego que les gustaría ademas tener el Copyrigth de la creencia en Dios. Hace tiempo que crecí y me di cuenta que podía creer sin entrar en el sistema ¡se puede! pero eso no les interesa, porque no les sostiene ¡oh, materialmente!


En cualquier caso me da pena que estos elementos opaquen a gente verdaderamente iglesia, que dan su vida entera a los demás, que los hay.

Abrazos

Valdomicer dijo...

La de la tiza:
Llámalo Pablo de Tarso, que cuando presuntamente escribió esos textos aún no lo habían elevado a los altares.
Las mujeres no teníais otra opción, la que quería salir de la autoridad paterna tenía que caer bajo la autoridad del marido.

Tita:
Sí, te puedes borrar de las listas si pasas por el aro de su disciplina y realizas un acto que ellos llaman "apostasía".

Tita dijo...

Tú lo has dicho, Valdo, hay que pasar por su sistema.

No quiero apostatar desde su punto de vista, porque sí creo en Cristo y en lo que representa.

Lo que no comparto es el "marketing" que tienen montado en general a costa de Él y de los que lo aguantan por una causa mayor.


¿Donde se apunta uno como Cristiano pero no católico y romano?

La de la tiza dijo...

No he hecho la prueba porque yo soy poco aficionada a los vínculos administrativos sean para darse de alta o de baja pero me han asegurado que puedes pedir a la iglesia católica que te dé de baja como feligresa y, por lo común, te contestan en sentido positivo.
En caso contrario, si no te contestan o no acceden a darte de baja, puedes acudir a la Oficina de Protección de Datos para pedir que la iglesia católica deje de utilizar tu nombre.
La persona que lo ha hecho me ha asegurado que da resultado.