sábado, 13 de marzo de 2010
El señor Cayo
Ya es definitivo. Se ha ido Miguel Delibes. Acabamos de decir adios al hombre que fue capaz de plasmar un mundo que estaba desapareciendo.
Delibes representó él mismo mucho del carácter del hombre del campo castellano: ensimismado, pesimista, fatalista, socarrón, irónico, amante del campo y de la naturaleza, poco dado a expresar sus sentimientos, honesto, leal... Realmente, Delibes empezó a irse en 1974 cuando murió su esposa, Ángeles de Castro, quien le empujó a dedicarse a la literatura, y se despidió verdaderamente en 1998, cuando le intervinieron de un cáncer que le habían diagnosticado un poco antes.
Aquella intervención fue el final de su vida literaria, nunca volvió a escribir una obra nueva. “Aunque viví hasta el 2000…, el escritor Miguel Delibes murió en Madrid el 21 de mayo de 1998, en la mesa de operaciones e la clínica La Luz. Esto es, los últimos años literariamente no le sirvieron para nada”, escribió en el prólogo de sus Obras Completas.
Delibes fue un gran periodista. Dirigió durante años el periódico El Norte de Castilla, una cabecera de referencia en la comunidad autónoma y fue maestro de grandes periodistas, como Manuel Leguineche. En 1975, cuando se preparaba la salida de El País, Ortega Spottorno, uno de los promotores, le ofreció dirigir el nuevo periódico pero él rechazó la oferta por no alejar a sus hijos aún menores de su entorno y por no alejarse él mismo de los escenarios que amaba. Lo cual le define mucho de cómo era.
Entre 1974 y 1998 aún escribió algunas obras, El disputado voto del señor Cayo, entre otras. Esta, que no es la mejor de sus novelas, es una de las que más me gustan porque me trae recuerdos felices de un viaje que hicimos mi chico y yo por el norte de la provincia de Burgos, cerca de Sedano, donde Delibes tenía una casona.
En un pueblo apartado de la carretera principal, conocimos a un hombre que nos contó que en el pueblo vivían él y otro hombre pero que no se hablaban por un asunto de lindes en las tierras. Corría el año 1991 y unas semanas más tarde se celebraban elecciones autonómicas.
- ¿Va ir usted a votar?, le preguntamos.
- Depende, respondió el hombre, de si tengo tiempo… Si después de echar de comer a los animales y dar una vuelta a las tierras me quedan ganas, lo mismo voy a votar, o no.
No sé si Delibes basó su relato en este hombre o en otro que encontrara en sus paseos o la historia fue fruto exclusivo de su imaginación. Pero el paisano que yo conocí era talmente el señor Cayo.
Por aquel entonces, conocí también el pueblo de Orbaneja del Castillo donde el director Antonio Giménez Rico rodó algunas escenas de la película sobre la obra de Delibes, con Juan Luis Galiardo, Lydia Bosch e Iñaki Miramón como protagonistas.
En fin, se ha ido definitivamente un gran escritor en legua española y un gran hombre. Y todos sentimos que hemos perdido a alguien próximo.
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3 comentarios:
Jolín!...
El lunes mismo voy a comprarme más libros de él!
A mi El disputado voto del señor Cayo, también me trae unos recuerdos maravillosos, además es un tema que no cre que nunca pase de moda. Sólo tienes que ver lo que son capaces de decirse los politicos por ganar adectos.
Un besote.
No dudes que aún quedan Cayos, y políticos que se disputan sus votos.
Tú sí que eres experta en Delibes
Besos
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