Hago memoria de lo que sabíamos de Mo, a saber, que es una mujer culta y decidida, que trabaja de relaciones públicas en un organismo oficial y que su padre pretendió casarla con un chico a la medida, nada más.
- ¿Qué pasa con Mo?
- Tiene pareja, me dice Mamen.
- Pues vaya noticia, respondo, edad tiene para ello.
- Una señora, añade.
- Te lo dije, que le iban las señoras, digo, alardeando de mi buen olfato para estos asuntos.
- Y ha sido monja.
- Se da un aire, sí, admito, pero en esa época era muy normal que los niños fueran al seminario y las niñas al convento.
- La superiora del convento le tiró los tejos, colgaron ambas los hábitos y desde entonces viven juntas.
- Te lo estás inventando, le digo.
- Me lo ha contado Marisol, pregúntaselo si quieres. En su tierra lo sabe todo el mundo, son más conocidas que la Chelito.
- Vaya historia, nena, ya verás cómo al final resulta que nosotras somos las más convencionales. Dos vidas aburridas, comento.
- Convencionales, pero no estúpidas porque mira que tu consuegra, virgen y mártir…
La mártir vuelve del baño y se sienta dispuesta a seguir la charleta.
- Por cierto, me dijo Mo que había hablado con Esmeralda sobre las invitaciones y coinciden en que lo adecuado sería enviar primero una comunicación, lo que llaman participaciones, y luego las invitaciones propiamente dichas, nos informa, como si nos hubiera oído.
- ¿Tú crees?, pregunto.
- Dice que si queremos seguir el protocolo, deberíamos hacerlo de ese modo.
- A mí me parece que es una desmesura, digo, de la manera más suave posible.
- A estas alturas, creo que lo que hay que hacer es mandar las invitaciones y ya está, que las fechas van pasando y nos queda mucho por hacer, propone Mamen.
- Creo que las invitaciones estarán listas la primera semana de marzo, para entonces tenemos que tener la relación de invitados para enviarlas inmediatamente y hacer la reserva de hotel y de restaurante en cuanto recibamos las confirmaciones, informo.
- Se lo diré a Mo, dice Gigi.
- Qué maja es Mo ¿verdad?, oigo a Mamen.
- Sí, es un encanto, corrobora la santa madre.
- Parece una mujer muy espiritual, aventuro, para tirarle de la lengua.
- De hecho es medio religiosa, estuvo unos años de monja pero tuvo que salir por razones de salud, parece que el convento le enfermaba y le concedieron dispensa, a ella y a otra monja para vivir en su casa, Gigi canta de plano.
- Como una pareja de hecho, dice Mamen.
- No, no, pero sin relaciones, puntualiza la vasca.
(Va a ser verdad, pienso, eso de que en el País Vasco follar no es un acto sexual sino un milagro).
- Claro, claro, respondemos Mamen y yo al alimón.
Nos ha podido el ardor, según parece, porque el resto del grupo nos mira como preguntando de qué hablamos.
- Que dice Mo que deberíamos enviar previamente participaciones de boda y luego las invitaciones, disimulo.
- Correos nos hará socios honorarios, responde mi chico.
- ¿Es imprescindible tanto papeleo?, pregunta la Miss.
- Déjalas que se entretengan, oigo decir a Ignacio que, siguiendo el manual del perfecto machista, cree que trabajo es lo que hacen los hombres, el resto es diversión.
- No, si nosotras no lo vamos a enviar, digo yo con una sonrisa profiden, las invitaciones os toca enviarlas a vosotros, las chicas estamos ocupadas con otras cosas.
- Claro, ya os lo habíamos dicho al repartir las tareas, miente Mamen con mucha naturalidad.
- Seguro que lo habías olvidado, machaca Gigi.
Ignacio mira alternativamente al Heredero, a Charly y a mi chico que le hacen un gesto imperceptible que puede traducirse como: ni una palabra más, que nos buscas la ruina a todos.
- Vale, vale, lo que digáis, dice Ignacio y asienten los cuatro.
3 comentarios:
Vamos a ver ?No teniais un "Manual de protocolo, relaciones públicas y comunicación"?. ?Qu'e dice al respecto?. Pues seguidlo al pie de la letra y ya esta'.
Vamos con la monjas, nenaver para creer, je je je
Un besazo.
Vaya vida la de Mo!! y vaya chorrada lo de las participaciones! pero yo e pregunto...¿los novios hacen algo por su boda?
besos
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