martes, 31 de julio de 2012

¡Sorpresa!


Olvídense de lo que les dije respecto al jubileo de la reina de Inglaterra. Los fastos del jubileo de mi humana van camino de dejar a los reales en una fiestas de barrio. Lo del pasado fin de semana fue la traca. Por el bien de todos, espero que sea la traca final porque ni ellos ni yo tenemos ya cuerpo para más jolgorios.

Ahora nos hemos venido al pueblo. Con el cuento de que en Madrid hace mucho calor, nos hemos trasladado. Vienen sin prisa, lo que quiere decir que hemos aterrizado para todo el verano.

Mi humana está totalmente suelta, ahora que no tiene que volver a trabajar. Se pasa el día haciendo planes y embarcando en ellos a mi humano, que se presta de buen grado.

- Y luego, nos vamos a la playa, propone un día.

- Vale, responde mi humano.

- Y luego, podemos ir a Bilbao al Guggenheim, dice otro día.

- Vale, dice mi humano.

Se le ve distraído pero ella no se percata. Yo oigo retazos de conversaciones y ato cabos. El Heredero y la Miss con alguien más de fuera que no logro identificar, andan maquinando algo.

- Yo apoyo lo que hagáis pero no me impliquéis que tu madre me lee el pensamiento, dice mi humano.

Los padres de la Niña se pasan el tiempo en el ordenador y al teléfono. Distracción que mis humanos aprovechan para requisar a la Niña y pasearla por el pueblo y alrededores.

- Están confirmados los de Madrid y los de Tarragona, también los de Barcelona, los de Cáceres y los de Zaragoza. Algunos no pueden venir porque les pilla de viaje o con compromisos, oigo a la Miss.

Por fin consigo entenderlo: están preparando una fiesta con la familia de mi humana y algunos amigos. Una fiesta sorpresa. Que ya es milagro que sea sorpresa porque medio pueblo está en el ajo. La Miss está hiperactiva; creo que quiere hacer méritos después de la racha morruda que hemos aguantado. El Heredero sigue taciturno, pero en él va siendo habitual. Mi humana en la inopia, igual de habitual.

Cuando me entero de que uno de los organizadores del evento es Valdomicer, del blog Andanzas y Rutinas y una de las asistentes Pilar de Abalorios, me entran los veintiún males. Éstos se van de la lengua y mi humana descubre mis andanzas en su blog, me digo. Me lamo el pellejo por si acaso es la última vez que puedo hacerlo.

La cita fue el sábado, en el salón parroquial, cedido para la ocasión. Han preparado varios ganchos para llevar a la jubilada al lugar, precaución innecesaria porque ella está totalmente in albis. Cree que van a comer con los primos como cualquier otro sábado.

- A ver si vamos a pillar a alguien rezando, dice mi humana cuando se aproximan al local. A veces, se cree graciosa, ya ven.

Abren la puerta y el salón está a oscuras. Sólo se distinguen los pies de los más próximos a la puerta.

- Justo, están rezando, dice mi humana, un segundo antes de que enciendan la luz y empiece a ver visiones.

- ¡Sorpresa!, gritan todos.

- Pero, pero, pero… es todo lo que alcanza a decir, la discípula de Castelar.

Cuando distingue a la mujer de Valdomicer está a punto de desmayarse creyendo que ve una aparición, pero luego ve a Pilar de Abalorios, a su santo y a los primos de los cuatro puntos cardinales de España y, por una vez, es verdad que se queda muda. Abrazos, lágrimas, risas, besos, otra vez abrazos. Cómo son de sobones estos humanos.

Cuando han dado varias veces la vuelta presentándose unos a otros y volviéndose a abrazar, mi humano dice a los blogueros.

- Mirad que os enseño que nieta más guapa tenemos.

- Si no os importa, acaba de dormirse, protesta la Miss, inútilmente.

Mi humano coge a la niña en brazos y la enseña como si fuera el tesoro de un galeón español del siglo XVII.

- No me digáis que no es la niña más bonita del mundo, dice a los recién llegados.

Todos se ven obligados a asentir: en efecto, esta Niña sólo es comparable a la Niña de los Valdomicer. Entonces, oigo que éste pregunta por mí.

- ¿Qué tal Poe?

De esta no me libro: ahora se van de la lengua y empiezan a contar que me leen y esas cosas. Del susto, me entra tiritona.

- ¿Cómo sabes que nuestra gata se llama Poe?, se sorprende mi humano.

- Nos lo habrá dicho tu chica, está al quite Abalorios.

No me atrevo a asomarme pero mi humano levanta las almohadas donde me he cobijado y me presenta. Sigo con la tiritera. Entonces, noto la mano de Valdomicer que me acaricia, mientras Pilar de Abalorios me guiña el ojo:

- Mucho gusto en conocerte, Poe. 

Respiro. La tranquilidad me dura poco. Empiezan los brindis –mi humana está concisa, es verdad que la emoción le ha dejado sin palabras- la comida, más brindis, el regalo, las fotos, otro brindis, los cafés, las copas, los bailes. Son incansables. 

Los hay de toda edad y ninguno se queda quieto. Los hay que bailan bien y los hay que hacen el gigantillo, como mi humana. Alguno se enchispa. Y que luego se diga de los humanos que es la especie inteligente…
La fiesta se prolonga por la noche y un poco al día siguiente. Luego, cada mochuelo a su olivo. Mi humana sigue dándole vueltas a cómo es posible que ella no se hubiera enterado de nada.


- Ya veo lo bien que sabes mentir, le reprocha a mi humano con la boca pequeña.

- No te he mentido, si me hubieras preguntado te lo hubiera contado. Eres tú la que no has preguntado, se defiende él.

Cuando volvemos a la normalidad, la jubilada advierte.

- Doy por terminados los fastos del jubileo. Porque entre excesos sentimentales y gastronómicos, veo que no llego a cobrar la pensión.

Yo los miro a ambos y me relamo disimuladamente. He llegado a la cúspide: ¿Qué más puedo pedir a la vida? ¡He conocido a dos blogueros de pro!

6 comentarios:

La Guinda dijo...

Enhorabuena Poe!!!!
Y salvaste el pellejo, eh granujilla?!
jajajajajajajaajajajajajaja

Me alegro que tu humana lo pasara tan rebien!

Bs!

ODRY dijo...

Vaya Poe, me has quitado el sitio, aunque espero te portes bien y alejes de mis paredes, esas que son tan bonitas y seguro has visto desde la ventana, a cualquier intruso que pase por allí.

Un besote.

Uma dijo...

como mola!!
Fiesta sorpresa blogueril incluida! tu humana es una chica con suerte!
Enhorabuena!!
BEsos

Tita dijo...

¡Qué mala es la envidia, Poe, y qué afortunada tu humana y compañía!

Besitos

Valdomicer dijo...

Queridísima Poe:
No te creo cuando dices que estabas en el ajo. A ti te pilló tan de sorpresa como a la jefa y, si barruntaste algo no sospechaste que fuese de ese calibre.
Me encantó conocer a la Miss y a su princesa.
Y a los primos...
¡Qué bien lo pasamos! ¡Qué contenta estaba tu jefa! ¡Qué cara de satisfacción tuvo tu humano los dos días!
Todavía me queda dar mi versión. ¿Creerás que la he redactado y borrado media docena de veces? A ver si este fin de semana me sale de una vez.
Caricias en el lomo.

La de la tiza dijo...

La Guinda, bienvenida a ésta, su casa. Un honor para mí.

Odry: aquí me tiene, pegadita a la ventana, sin quitar el ojo de la casa de sus sueño. A quien se acerque le araño.

Uma: estoy de acuerdo con usted, mi humana es una tía con suerte. Demasiada, para mi gusto.

Tita: se ve que usted es una buena persona, da gusto conocer a alguien así.

Valdomicer: ni yo ni nadie es capaz de imaginar un sarao como el que montaron en el pueblo. Todos tenían cara de satisfacción. Mi humano, ya lo sabe usted, es que solo mira por los ojos de ella. Con lo que vale este chic, ya ve lo que son las cosas.