jueves, 8 de julio de 2010

Goooooooool de España

Mis amigas y yo solemos reunirnos una noche de viernes al mes en una cena de hermandad en la que nos ponemos al día de nuestras respectivas cuitas y pasamos revista al mundo mundial. El núcleo duro del grupo lo formamos dos españolas, una holandesa y una argentina.

Había otra argentina pero se nos murió hace cuatro años, hecho tristísimo del que aún no nos hemos repuesto pero que ha tenido la virtud de reforzar nuestros lazos. A veces tenemos que hacer auténticos esfuerzos por casar nuestras agendas respectivas porque todas somos bastante zascandiles.

Ese zascandileo nos ha impedido juntarnos en los últimos meses así que, a la vista de que en las próximas semanas también lo íbamos a tener crudo, hace ya días que decidimos reunirnos el miércoles 7 de julio. Que resultó ser, efectivamente, el día del partido. No nos importó mucho porque ninguna somos forofas del futbol ni de ningún deporte, salvo Ingrid, la holandesa, que juega al golf.

Así que anoche nos reunimos en la única terraza con un poco de fresco de todo Madrid. Como la dicha rara vez es completa, en la terraza habían colocado una gran pantalla de televisión para seguir el partido Alemania-España.

Llegamos recién iniciado el juego y nos pusimos en la mesa más lejana a la pantalla.
Mientras cenábamos y nos contamos nuestras últimas correrías, nos llegaban repetidos ayyyyyyyys, uyyyyyyyys, ahhhhhhh, a voz en grito, hasta que llegó el deseado GOOOOOOOOOOOOOL. Y entonces, se produjo lo inesperado. Alba, la argentina, sacó su móvil y llamó a su marido, español, para congratularse del resultado. Ingrid sacó el suyo y llamó a su marido, español, para alegrarse de la victoria. No contenta con ello, llamó a su hermano, holandés que vive en La Haya, para contarle el resultado. Con el agravante de que la cuñada es alemana.

Por si fuera poco, Chus, que es sobrina de un padre de la patria, estoy por decir que del abuelo de la patria, rojo rojísimo, llamó a su tío para compartir la alegría de la victoria.

- Y ha marcado Pujol lo que demuestra que los catalanes somos los mejores, le explicaba.

Ya me resultaba extraño asimilar el “somos” catalanes en Chus que es de Madrid de toda la vida, pero es que el tío es cántabro. Con todo, lo mejor es que se puso a elogiar el savoir faire de la reina, ¡porque iba de rojo!, asegurando que la reina traía buena suerte.

A mí se me estaban poniendo los ojos a cuadros. Porque yo juraría que hasta ayer todas, y Chus la que más, éramos rojas, rojísimas y republicanas y de toda la vida hemos renegado del futbol como un mecanismo alienante de masas. Pues ahora resulta que el honor de la patria está en manos de esos once mozos en pernetas.

Ni se me ocurrió llamar a mi chico para comentarle el partido porque, de haberlo hecho, estoy segura de que él hubiera llamado al Samur, pensando que debía estar malita, malita. Pero se me debió de quedar una cara de gilipollas…

En el camino de vuelta, llegamos a una plaza con una fuente en el centro. La fuente estaba atestadita de gente que se bañaba, cerca de la medianoche, y el resto de la calzada ocupada por más gente, empeñada en que los ocupantes de un autobús y nosotras, que íbamos detrás, cantáramos con ellos la cantinela “Soy español, español, español”. Salimos como pudimos.

Chus, como de costumbre, nos fue repartiendo por medio Madrid. Mi calle estaba abarrotadita, como de costumbre también. En la acera, un grupo de zangolotinos me señala:

- ¡Muy bien, la mujer de rojo!, ríen.

Entonces caigo en la cuenta de que mi vestido es rojo. Nadie es perfecto, me digo.

Los chicos pretenden que me una a su juerga pero yo soy sosa de nacimiento. Les digo que estoy cansada y que mañana tengo que madrugar. Lo cual es verdad en todos sus extremos. Pero debo de ser el único ejemplar mamífero de todo Madrid que no está brincando y dando gritos.

Subo a casa y encuentro a mi chico leyendo. Menos mal, estoy a punto de decir, pero antes de abrir la boca me dice que me he perdido el mejor partido de la selección. Me lo dice a mí, que el futbol me trae al pairo, ahora, desde el principio de los tiempos y por los siglos de los siglos.

- ¿Tú crees que yo soy una rara?, le pregunto.

Me mira como tratando de saber por donde van los tiros.

- ¿Hemos bebido?, pregunta él, sondeando.

- Tú respóndeme, ¿Soy una rara?, insisto.

- Tú eres única, nena, no hay en el mundo una chica como tú, responde.

O sea, rara, rara, rara.

6 comentarios:

Pilar dijo...

Tiza, única suena mucho mejor.

Creo que no se trata de fútbol, sino de ilusión, de ganas de quitarnos la mediocridad de encima y de ganar, aunque sea por persona interpuesta (lo conocidos niños en piernetas).

el domingo vuelve a ponerte ese vestido que te queda estupendo ¿eh?

Angelillo dijo...

Je je, muy divertida la entrada... Desde luego, qué duros sois con los futboleros.
Yo creo que te olvidas del componente de comunicación social que permite la ilusión futbolera. A mí el fútbol no me ilusiona, pero es un estupendo tema para tender puentes entre la gente distinta. Para hablar con mi suegro, por ejemplo, o con la persona que te encuentras en el supermercado, o como excusa para una llamada a alguien cercano. Unas risas y tan amigos.

Tita dijo...

jajajajaja, Toda una pregunta "trampa" diría mi chico si yo se lo preguntara.
Muy airosa su respuesta, y toda verdad, claro que sí.

Yo estoy muy ilusionada, y por fin me alegro de poder usar la bandera de mi pais sin que me tachen de facha, que nos estábamos poniendo mucha gilipollez encima.
También creo que en medio de toda crisis, del tipo que sea, hace falta pararse, respirar hondo y hacerse una pequeña fiesta con los amigos-compañeros. Si esos compañeros son todos los españoles y españolas, hablando por una vez todos en una sola dirección y estando de acuerdo ¡y de buen humor!.....Bueno es

Fijaté que con la tontería...Toda españa es Roja y todos lucimos la bandera con orgullo al fin ¿de verdad no crees que podemos coger algo bueno del deporte para la vida? ¿De donde hubiera sido posible sacar una ilusión compartida para casi 47 millones de personas desquiciadas?

Abrazos

Pd. No somos futboleros, sólo nos gustan los mundiales. No me gusta el fútbol como anestesia todo el años...pero una juerga cada 4 años...y más si sale bien...;)

Despotrikator dijo...

Me estoy empezando a dar cuenta de que casi todos indiferentes con el fútbol (entre los que me incluyo) que hay entre los blogueros que sigo, han escrito en los últimos días una entrada sobre el mundial, (también me incluyo). ¡Qué nos pasa! ¡Que nos abducen!

Un saludo

Uma dijo...

Pues yo tampoco soy futbolera, pero con los partidos de la seleccion me trasformo...me gustan, me emocionan, me ponen nerviosa....
yo hice como tus amigas...llamar a todo el mundo para dar la enhorabuena o chincharle!!
besos
animate a ver el de hoy, aunque solo sea por lo histórico....besos

La de la tiza dijo...

Amig@s tod@s: cualquier cosa que os dijera ha quedado ya obsoleta por la fuerza de la actualidad.
Pilar, no, no me puse el vestido rojo (que además es estampado) asi que no puedo decir que sea talismán.
Angelillo: yo no soy dura con los futboleros y tampoco es un tema que conozca como para que pueda hablar de ello. Encima, me aburre un poco. Soy de la especie sedentaria y ver correr al personal me agota.
Tita: mi chico, ya lo ves, es un poco zorreras.
Despotrikator: bienvenido a esta tu casa. ¿Que qué nos pasa, dices?
Pues que nos han abducido del todo.
No tienes más que abrir la tele y notas que te cogen del cuello y p'adentro.
Uma: efectivamente, hemos vuelto a vivir otra jornada histórica. Para que se lo cuentes a Bolic@.
Besos a todos.