martes, 17 de agosto de 2010

Mesa para ocho


- Si ya sabía yo que no era buena idea venir a San Sebastian, ya lo sabía. Tres horas, más o menos, después de que se hubieran ido los vascos totales, la familia Torrealdea, con su furgoneta indemne y el susto en el cuerpo, me pasé repitiendo la misma cantinela. Hasta que mi chico, pelín harto, propuso:

- Si quieres no volvemos y aquí paz y después gloria.

Pero allí estaba Mamen para resolver situaciones.

- De eso nada, aquí nos quedamos todos, ahora vamos al hotel, esta noche – recuerdo que era la tarde del viernes – salimos a cenar, damos un paseo por la ciudad y mañana Dios dirá, propuso con tono de ordeno y mando.

Dios no se comunicó directamente con nosotros pero el Heredero llamó prontito para vez qué tal había ido todo. Le pongo en antecedentes del golpe al coche.

- Sí que debiste ponerte estupenda para que tu chico perdiera los nervios, comenta.

- Yo no tuve nada que ver, fue un percance fortuito, alego. Y tú no te pongas sarcástico que todavía puedo arrepentirme y decidir que hoy quiero comer en Santander.

- Tengamos la fiesta en paz, me dice y añade a renglón seguido, que habíamos pensado la Miss y yo que para que no te parezca la comida tan formal, podíamos invitar también a Mamen y Carlos, ya que están aquí. Ampliamos el círculo y así parece menos protocolaria ¿no?

- Mucho menos, dónde va a parar, respondo.

Ni me molesto en preguntar a mi chico, sé positivamente que lo tienen todo bien ensayado. Llamo a Mamen.

- ¿Qué te vas a poner para la comida?, pregunto con voz cándida.

- Lo que nos enseñaron las monjas, responde la incauta, algo elegante a la par que discreto.

- ¡Qué preparadito teniais todo, so guarra!, le digo, ya riendo.

- Hija, es que no se sabe contigo, cuando te pones por la tremenda. Lo hablamos con la Miss y tu chico y nos pareció que iba a ser lo mejor. Y además que yo no me pierdo el momento suegros ni loca, que yo seré menos madre pero soy mucho más tía suya que tú, desbarra de plano mi amiga.

Nos disponemos a seguir las enseñanzas de las monjas. Yo me pongo un collar de perlas, pulsera haciendo juego y el joyón de brillante de la pedida en el dedo, nada más. Me entacono y me echo colonia Chance de Chanel como para tumbar a un regimiento. Soy supersticiosa y tengo para mí que esa colonia me crea buen ambiente. Que no digan que no pongo de mi parte. Mi chico se calza una americana beige que le hace muy guapo pero no se pone corbata. Menos mal.

Mamen, que mide un palmo menos que yo, pero que toda la vida ha sido un culito respingón que te mueres, creo que ya lo he contado antes, se me planta un vestido ajustado con un escote hecho a medida para lucir canalillo.

- El consuegro no come hoy, le digo al verla y a la consuegra se le va a indigestar el ágape.

- ¿Crees que me he pasado?, pregunta.

- No hija, no, estás en tu punto, coincidimos todos: Carlos, mi chico y yo misma.

- Me da a mí el pálpito que estos chicos nos van a dar muchas alegrías a los cuatro, dice, teatrera.

La propuesta inicial era que comiéramos en casa de los padres de la Miss pero como resultaba demasiado oficial y pomposo para una primera vez, quedamos en terreno neutral: el restaurante Juanito Kojua, en la parte vieja de Donosti.
Y allí que nos presentamos, puntuales como británicos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como me he reido ajajaj ... que arte tienes para contar las cosas, espero que sigas, que me quedo con las ganas de saber que tal fue la comida y que tal los padres de la Miss.

Besos !

Pilar dijo...

ainnssss!
Me mata la curiosidad.

Sigue porfavo, no te pares ahora...

Uma dijo...

jolín!! que solo me he ido 4 dias....ya no puede irse una de vacaciones sin que se pongan a contar cosas....que has conocido a tus consuegros???? por el amor de Dios!! esto va muy en serio ¿No?...seguias llevandote mejor con ella ¿no?...y que tal fue todo??? cuenta cuenta...
Por otro lado ahora cotillearé lo del accidente...que me alegro de que sea solo una anecdota....
besos

Tita dijo...

Primero me alegro que lo de los Torrealdea no haya sido nada ¡vaya susto! y de lo demás....¡¡¡pero esto va en serio serio ¿no?!!! Qué barbaridad, también falto yo unos días, y mira lo que me encuentro.

Por otra parte casi mejor, así me he leido dos seguidos sobre el tema ¡¡¿¿¿cuando nos cuentas como fue por favorrrrrrrrrrr!!??

Ole por tu Mamen y tu chico, y tu hijo ¡cómo te conocen!

Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias.

Otro restaurante que queda cerca del Juanito Kojua es Ubarrechena, también en la Parte Vieja. Había otro en el centro (calle San Martín) pero parece que cerró.

Saludos

La de la tiza dijo...

Saludos, Anónimo. Bienvenido a esta casa.