viernes, 4 de diciembre de 2009

Te recuerdo

Abro el digital de noticias y encuentro dos que me dejan un poco apabullada.
Los chilenos rinden homenaje al cantante Victor Jara, asesinado por la dictadura de Pinochet en 1973. Los milicos le torturaron salvajemente, le destrozaron las manos y acabaron asesinándole. Su cuerpo recibió 44 disparos, dice la noticia.

¿Cuál había sido su delito? Creer que la izquierda podía ofrecer mejores soluciones a la pobreza de Latinoamérica y escribir canciones. De todas las suyas, se hizo especialmente célebre Te recuerdo, Amanda. Son cinco minutos, cantaba, la vida es eterna en cinco minutos.

Sentí su muerte como si se hubieran llevado a alguien de mi familia. Me pareció y sigue pareciéndome un crimen horrendo. Nunca habrá homenaje suficientemente grande para paliar tanta miseria y horror de aquella dictadura, de todas las dictaduras. Pero la memoria es lo único que puede vencer a la tiranía, a todas las tiranías.

La segunda noticia es el fallecimiento de Jordi Solé Tura, uno de los padres de la Constitución española, que el día 6 cumple su 31º aniversario.

Siete fueron los redactores de la Constitución que más está durando en la historia de España. Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñon y José Pedro Pérez Llorca representaban a la Unión del Centro Democrático, entonces en el gobierno, el centro reformista, que se decía; Manuel Fraga Iribarne, en representación de Alianza Popular, la derecha pura y dura heredera del franquismo residual; Gregorio Peces-Barba por el PSOE; Miguel Roca Junyent por Convergencia i Unió, y con él los nacionalismos entonces menos aparentes; y Jordi Solé Tura por el Partido Comunista de España, a la sazón el Partido por excelencia.

La redacción fue laboriosa y complicada, con muchos tiras y aflojas. Resultado de ello es cierta ambigüedad que permite interpretaciones en un sentido y en el contrario. No es que sea la biblia en pasta pero permite reconocernos como colectivo e irnos manejando treinta años después.

Hace dos años murió Gabriel Cisneros. Había sido secuestrado por Eta y desde entonces su salud quedó muy mermada. Solé Tura ha vivido en los últimos años recluido en la oscuridad de su olvido, víctima del alzheimer.

Creo que ambos, Victor Jara y Jordi Solé, cada uno desde sus puestos, han contribuido a hacer el mundo un poco mejor. No sé cómo podría agradecérselo, salvo con el recuerdo. La vida es eterna en cinco minutos…

1 comentario:

Uma dijo...

Una pena lo de Sole Tura, pero ley de vida al fin y al cabo