martes, 27 de julio de 2010

Antonio Gamero


Para quienes somos aficionados al cine la muerte de un actor es una pérdida familiar. Quienes vamos teniendo una edad tenemos ya un rosario de pérdidas. Ahora, se nos acaba de ir Antonio Gamero. Un secundario de lujo, un secundario imprescindible, dicen de él las crónicas.

Considerar a Gamero un secundario es la muestra más palmaria de la calidad de nuestro cine. Él, que ha estado presente en la filmografía española de las últimas décadas. Que ha intervenido en películas tan fundamentales como Amanece que no es poco, La vaquilla, El bosque animado, Divinas palabras, Furtivos, Habla mudita, Truhanes, Asignatura pendiente o Flor de otoño, por señalar unas pocas entre su centenar largo de films. Los más jóvenes le recordarán como el abuelo entrañable de Manolito gafotas. Los más televisivos, de Médico de familia. Su último trabajo, Don Mendo Rock ¿la venganza?, aún no se ha estrenado.


Pero no es su vertiente profesional la que me interesa en este momento sino su faceta personal. Gamero fue un hombre muy comprometido socialmente. Militó en el partido comunista desde 1957, lo que le costó dos años de cárcel. En una de las detenciones por causa de su militancia, le propinaron una paliza tal que perdió el oído.

Lo que nunca perdió fue su sentido del humor. Esa ironía tan española que se cruza con el humor negro.


Suyas son esas frases lapidarias: "Si tienes penas no se las cuentes a los amigos, que les divierta su puta madre" o "Como fuera de casa no se está tan bien en ningún sitio", que solía repetir Rafael Azcona, otro ilustre del cine español también desaparecido.

Tenía 76 años cuando se ha ido sin ruido, sin darse importancia, discretamente, como fue su vida. Yo siento que he perdido a alguien de la familia y que el mundo es un poco más pobre.

9 comentarios:

Pilar dijo...

Ya quedan pocos cómicos, no sé porqué pero a mi lo de secundario me suena a rancio, a triste, a viejo, a alimenticio, como si trabajar en el cine español de la época pudiera haber sido de otro modo.
¿no podemos despedir a un gran actor y dejarnos de tonterías?

Despotrikator dijo...

¿Por qué siempre que pasan cosas de estas tengo la sensación de que sólo se van los mejores? Asco de vida esta en la que los malos bichos nunca mueren.

Un saludo

Despotrikator dijo...

¿Por qué siempre que pasan cosas de estas tengo la sensación de que sólo se van los mejores? Asco de vida esta en la que los malos bichos nunca mueren.

Un saludo

La de la tiza dijo...

Pilar: no creo que, al menos en este caso, nadie haya tenido intención de impregnar de sentido peyorativo en calificativo de de secundario. Gamero, como otros actores de su generación, fue secundario porque nunca alcanzó el papel protagonista que hubiera podido lanzarlo. Pero, siendo los suyos papeles de menor duración, nunca fueron de menor calidad. El cine español tiene grandísimos actores secundarios. Gamero, entre los primero.
Despotrikator: esa sensación nos invade porque nos duele cuando se van los mejores. Pero los malos bichos también acaban yéndose. De hecho, todos acabamos yéndonos. (inspirada, debo de estar)

Tita dijo...

Si algo abundó en determinada época son todos aquellos calificados de secundarios (o no protagonistas) El caso es que el paso del tiempo nos ha ido demostrando que la falta de estos actores se ha notado como si hubieran protagonizado todas y cada una de las películas en las que participaron.

No te olvides de La estanquera de Vallecas....¡ay también Emma Penella!

Una pena, y encima tan joven...no me digas, si 76 años hoy en día no es nada...

Besos

Tita dijo...

Pd. Preciosa la columna del obituario de Ángeles González-Sinde sobre Gamero. Gracias por el enlace

Anónimo dijo...

Que pena, estoy de acuerdo con Tita, todavía era joven !
No sabía nada de su faceta personal, precioso post-homenaje.

Besos !

La de la tiza dijo...

Tita: estoy de acuerdo en que España tiene unos excelentes actores secundarios que podrían pasar perfectamente a protagonistas y que dejan su impronta en películas inolvidables como Los santos inocentes y tantos otros títulos.
Bet: la edad, es una apreciación muy relativa. Mi abuela, que murió a los 92 años, decía de sus coetáneos: el chico ese...

Tita dijo...

Buffff Los santos inocentes!! Curioso que la nombes

Tendría que volver a leer el libro para afirmar que es uno de esos extraños ejemplos de peli mejor que libro....

Besos