domingo, 25 de julio de 2010

De incógnito


Andaba yo el viernes en mi mesa del pasillo de la tercera del misterio…ni, enfrascada en unos papeles, cuando se me acerca un jefe de servicio y, en tono confidencial, me dice:

- No sabía yo que era usted tan entusiasta del futbol…

Le he debido mirar con ojos de a mí que me cuentas porque ha añadido:

- Es que mi mujer es asturiana de Salinas y solemos ir algunos fines de semana. Ya ví que tiene una cuadrilla muy animada.

Lo tengo comprobado. Ya me puedo ir al otro lado del globo que, a poco que me ponga en evidencia, siempre habrá un ojo que me distinga.

Se lo cuento a mi chico mientras comemos y caemos en la cuenta de que no es la primera vez que nos pasa algo parecido, coincidiendo con un mundial.


Fue hace justo veinte años, cuando se disputaba el mundial de futbol que o bien no era cosa de España o bien nosotros estábamos atentos a otros menesteres. Llevábamos saliendo unos meses y, aunque nos habíamos enamorado como colegiales y los dos creíamos estar seguros de nuestros sentimientos, lo manteníamos de forma discreta - él era un carguillo y yo quería estar segura antes de dar la campanada - hasta decidir si la relación iba a prosperar o no. El caso es que aprovechamos un fin de semana para hacernos la ruta del río Cares, comarca sobre la que habíamos leido algunas cosas.


La Garganta del Cares comunica la provincia de León con Asturias y es un paisaje impresionante que Victor de la Serna calificó como “el espectáculo geológico más impresionante de la Península Ibérica”.

Con estos antecedentes, nos pusimos en camino hacia Caín, un pueblito de cuatro casas del que parte la famosa Garganta. Unos kilómetros antes de llegar, en un estrechamiento de la calzada, nos cruzamos con un cojocoche Mercedes a cuyo conductor le preguntamos si en Caín había hotel para pasar la noche.


- Hay una pensión, nos respondió.

- ¿Y qué tal?, insistimos.

- Una noche se pasa de cualquier manera, explicó y nos dispusimos para lo peor.

Mientras hablábamos nos adelantó una furgoneta conducida por una viejilla a la que acompañaban otras tres camaradas de la misma quinta.

Llegamos al caer la tarde. Efectivamente, no había más que una pensión que era a la vez el centro comercial del pueblo: tienda, casa de comidas y bar con televisión. En la puerta estaba aparcada la furgoneta de la tercera edad, que iba avituallada como para escalar el Himalaya. Nos dieron la última habitación que había que, dadas las circunstancias, nos pareció gloria bendita.

Salimos a dar un paseo por el pueblo, que está encajonado entre montañas de forma que en invierno no deben ver el sol ni por asomo. Cenamos, mientras retransmitían un partido del campeonato mundial de futbol, y nos acostamos.

A la mañana siguiente, nos levantamos a una hora temprana para hacer la ruta. Nos dijeron que las viejillas hacía más de una hora que habían salido. Para que te fíes de las apariencias, pensamos. Desayunamos en el bar y yo juro por lo más sagrado que no me percaté de que en el local hubiera nadie más que nosotros.

Como teníamos previsto, hicimos una parte de la ruta, volvimos al punto de partida en Caín y, desde allí, emprendimos el camino de vuelta.

Pasó el tiempo, nuestra relación se consolidó y nosotros lo contamos a quien nos pareció oportuno y conveniente.

En esas estábamos cuando, en una reunión de trabajo, me dice una compañera:

- Yo sabía que estabáis saliendo vosotros desde hace mucho tiempo porque os vió en Caín un amigo mío que estaba con otro que te conocía a ti. Os vió desayunar en el bar y mi amigo le comentó al otro: no me han mirado a mí con la cara de enamoramiento de esa chica desde que tenía 18 años.

El otro que, en efecto, conocía a mi familia y a mí de toda la vida, le explicó que yo no sólo no tenía 18 años sino que era madre de un hijo adolescente.

- ¡Qué jóvenes éramos!, le digo a mi chico.

- Pues como ahora, responde, todo optimismo.

Con el calor que hace, no tengo ánimo para filosofar. Pero me pregunto como harán los famosos para ir de incógnito por la vida.

8 comentarios:

Pilar dijo...

Ya dicen que el amor es ciego, pero los vecinos no, o aquello un poco más "asquerosillo" de que el mundo es un pañuelo.

Creo que las "famosas" con dejarse "al natural" ya están convenientemente disfrazadas.

Uma dijo...

Que fuerte! el mundo es un pañuelo! eso si! hs de admirar la discreccion de la que lo sabía y no lo dijo y de que hablaron de lo superenamorada que estabas!
Me encantó la ruta del Care!
besos

La de la tiza dijo...

Pilar: qué explicación más inteligente, las famosas se disfrazan de natural. Lo malo es que queda fuera de mi alcance. Yo voy siempre de natural y si me disfrazara de famosa daría el cante.
Un gusto siempre verte por aqui.
Uma: a mí es que me pasan esas cosas. Y sí, estaba-estoy superenamorada. Y no, no fue discreta pero a mi me importaba un comino a esas alturas de la historia.
Besos para tí y para Bolica.

Tita dijo...

Me cuentas que esto te pasa en Benidorm, y vaya, pero allá en la ruta del Cares...bueno, es lo que tiene que sólo hubiera una pensión. Sí que es pequeño el mundo sí, y España ¡no digamos!

En todo caso, una anécdota encantadora y un enlace en el tiempo curioso, curioso

¡Besitos!

Tita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Valdomicer dijo...

¡Oye! Ese chico tuyo es una joya. Ya te digo que me tiene que dar unas lecciones.

Aunque te metas en el infierno, siempre hay alguien que te conoce o que conoce a alguien que te conoce... Los seis pasos.

Las famosas no tienen que esconderse, hace unos días estaba Carolina Herrera justo delante de mí en la caja de Supercor y nadie le hizo el menor caso. Ni yo.

Besos.

Anónimo dijo...

Que preciosa la ruta del río Cares! tomo nota que me parece un sitio ideal para perderse ... aunque pueda haber sin saberlo un ojo al acecho jajaja ...

Hay que ver lo curiosas que son este tipo de coincidencias y lo bonito de recordarlas !

Besos !

La de la tiza dijo...

Tita, pordio, qué vergüenza, con lo que les costó el colegio a mis padres!
Valdo: efectivamente, yo tengo por principio que lo único que no se sabe es lo que no se hace, y a veces hay excepciones. Sobre famosos, lo mismo un día escribo un post, entretanto, saludos a Carol...
Bet: tu que eres tan de riscos, te gustaría el Cares, que además está rodeado de historias muy literarias. El grupo de escritores de León ha escrito mucho sobre este entorno.
Besos a todos.