martes, 29 de diciembre de 2009

… y próspero año nuevo

Andan los eruditos en la materia discutiendo sobre si mañana se acaba la primera década del siglo o sólo el año 2009. Depende, dicen unos, si empezamos a contar el decenio a partir del año cero o del año uno. De eso nada, dicen otros, igual de doctos que los primeros, los decenios empiezan en el año 1 y concluyen en el 0. De donde se deduce que la erudición es cosa harto compleja que da materia para discusiones varias.

Como no soy erudita, veo la fecha de mañana desde las siguientes perspectivas:

a.- Ojo con los menús de nochevieja, año nuevo y aledaños, que son difíciles de digerir y más difíciles aún de eliminar.

b.- Cuidado con las copitas, que entran sin sentir y desatan la lengua más allá de lo que resulta conveniente.

c.- Hay que fastidiarse cómo pasa el tiempo, sean anualidades o décadas. Ayer mismo estaban los eruditos discutiendo si empezaba o terminaba el siglo y ya nos hemos echado diez años más encima.

Confieso que las tres cuestiones me resultan igual de trascendentes y me preocupan por igual. Lo del peso es una lucha casi perdida. Uno de esos propósitos de principios de año o de curso o de lo que sea que empiece. En este, concretamente, me había propuesto bajar tres kilitos, el equivalente a una talla, pero he tenido un año movido, mucho viaje, mucha celebración, mucho turismo gastronómico… y escasa voluntad. Resultado: no he perdido ni un gramo y menos mal que tampoco he ganado.

En cuanto a la bebida, pertenezco al subgénero de personas que se coloca en cuanto ve una chapa de cerveza. Con dos variantes: o me da modorra o me da parlanchina. En el primer supuesto, no hay problema, repto hasta el sillón más próximo, pongo la cara de interesante en piñón fijo y descabezo un sueñecillo, a ratos interrumpido por sonidos guturales que los míos califican como puro ronquido y yo me empeño en asegurar que son expresiones placenteras. Lo malo es cuando me da parlanchina, una vez perdida la capacidad de discernimiento entre lo conveniente y lo oportuno. La última vez que me ocurrió a poco pierdo mis opciones de herencia. La anterior, casi me cuesta la confianza de mi heredero. Así que he resuelto beber alcohol únicamente en compañía de aquellos con los que no tenga nada que perder. Mayormente, con mi chico.

Porque yo, ordenanza del misterio…ni, abogada en la asociación de mujeres, con un ex medio inútil en lo material e inútil total en lo inmaterial, con un heredero neoliberal en lo económico y directamente irresponsable en lo metafísico, tengo un chico de esos que caen pocos en un puñado. Un compañero de vida. Un tipo raro de la especie masculina que cree en la igualdad y la practica. Inteligente, cariñoso, divertido, lo suficientemente romántico para regalarme la luna en noche de verano a la orilla del río y lo suficientemente práctico para leerse y entender las instrucciones de una tele nueva o el móvil. Un lujo. De vez en cuando, nos regalamos un vinito bueno o un cava rico. Y si me da lenguaraz como si me da dormilona, allá cuentas.

Regadito o de secano, echa el cierre un año pésimo en lo local, en lo autonómico, en lo nacional y en lo universal, pero muy satisfactorio en lo personal. Y abre la puerta otro que se anuncia amenazador.

Leo en la prensa el resumen de 2009 y todo son desgracias: más paro, más desigualdad, más violencia machista, ricos mucho más ricos, pobres mucho más pobres, los bancos campando a sus anchas, los ceoés dejando a la gente en tierra después de haberse llevado el dinero de los billetes, olvidadas las causas de la crisis que estamos pagando a escote los que menos culpa tenemos… Un balance como para echar a correr y no parar hasta haber dejado atrás el planeta Marte.

Menos mal que el resumen recuerda también a Juan López de Uralde, el responsable de Greenpeace en España, detenido en Dinamarca por reclamar lo que debería ser pero no es la primera preocupación de los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre del Clima de Copenhage: reducir la contaminación, cuidar el planeta. Lo tienen preso e incomunicado, como si fuera un terrorista peligroso. En una parte de lo cual tienen razón. Las personas que piensan y reclaman los derechos son muy peligrosas para el sistema.

No quiero olvidar tampoco a los voluntarios de Acció Solidaria de Barcelona, Roque Pasqual, Albert Vilalta y Alicia Gámez, secuestrados desde hace un mes en Mauritania. Ellos, como Juan López de Uralde y como tantos otros voluntarios que dedican su tiempo y sus energías a procurar un mundo un poco más amable ponen la nota positiva en 2009 y suponen la esperanza para 2010.

En cuanto a mí, una vez cumplidos los deberes familiares y cívicos en nochebuena, mi chico y yo nos disponemos a desaparecer este fin de año y no volveremos hasta después de Reyes. Mañana prontito volamos – afortunadamente no con Mr. Ceoé – a Venecia. No pensamos comer las doce uvas, tampoco las lentejas típicas de fin de año en Italia, a la porra con las tradiciones; pensamos pasear por el Canareggio, visitar Santa María del Orto, el guetto, recorrer el Gran Canal en el vaporetto, tomar capuccinos en la ribera del vino, volver a Burano, al Lido, a la Giudeca…

Prometo colgar alguna foto a la vuelta. Con mis mejores deseos de un próspero año nuevo 2010…

2 comentarios:

Uma dijo...

que envidia!!!si no me sale lo de Egipto nos iremos a Vencia y Florencia!!
Feliz año y buen balance...el alcohol parlachinero es lo mejor que hay jeje

Tita dijo...

¡Tantas cosas por comentarte! En todo te doy la razón, hasta coincidimos en lo del alcohol...ahora ya sé que no soy la única capaz de colocarse con un botellín.

Soy una mujer barata

Un abrazo para cuando volváis, que lo hayáis pasado bien