martes, 29 de junio de 2010

Quisiera ser


Hoy ha sido un día emocionalmente complicado.
El personal del metro se ha declarado en huelga y han logrado parar totalmente el tráfico del subterráneo. Estoy de acuerdo con su postura pero por esa razón he llegado tarde al trabajo. Como yo, tropecientos.

- Lo siento, lo siento, lo siento, es que no funciona el metro, me justifico ante nuestro particular Antonio Alcántara.

- Menos sentimiento y haberte levantado antes como yo, me responde el jefecillo de ordenanzas, que hoy ha debido de creerse ministro, por lo menos.

No tengo ganas de contestar porque soy de la opinión de que las balas hay que gastarlas en las piezas de caza mayor, que valgan la pena.

- Luego querremos estar todos en la fiesta, remata.

- ¿Hay fiesta hoy?, pregunto a mi compañera.

- Se referirá a la entrega de medallas, responde ésta.

En efecto, hoy se entregan las medallas que el misterio…ni concedió con ocasión del Día de la Constitución, allá por diciembre. Algunas, como la de José Antonio Labordeta, las ha impuesto el ministro a domicilio. Hoy es la entrega colectiva.

Entre los premiados, destacan en mi memoria: el Dúo Dinámico, Marcos Ana y Rosa María Mateo, por orden de aparición en mi recuerdo.

El dúo, Manolo de la Calva y Ramón Arcusa, pusieron la banda sonora de mi juventud, aunque yo no fui entonces especialmente fan de ellos. Yo seguía a los cantantes franceses y leía la revista Salut les Copains, lo más in de la época.


Al verlos de cerca te percatas de cómo pasa el tiempo para todos, y cómo se estropean los cuerpos, que diría Lina Morgan. Manolo, el bajito, ha dedicado la medalla a su mujer, muy emotiva la dedicatoria. Ramón ha recordado que empezaron a trabajar a los 12 años y durante varios más compaginaron estudio y trabajo, que aquellos eran otros tiempos y nos lo teníamos que currar desde jovencitos.


Marcos Ana es un veterano comunista de 90 años, el preso político que más tiempo estuvo en las cárceles franquistas: 23 años. Entró un crío de 19 años y salió un adulto de 42. En la cárcel se hizo hombre, si ese es un sitio donde hacerse algo. Él se hizo, además, poeta. Fue un hombre guapísimo y sigue siendo un anciano guapo.

A mí me da mucha pena cada vez que lo veo, con esa apariencia de optimista voluntarioso. No puedo evitar sentir que la guerra primero y la represión después le destrozaron la vida irremediablemente. Su discurso de agradecimiento me ha sonado a palabras obligadas, cientos de veces oídas. Seguramente era sincero.

A la Mateo la evoco vinculada a la asonada del 23-F porque ella fue quien leyó el manifiesto de defensa de la ciudadanía al término de la manifestación en Madrid. Era entonces y creo que ha sido después una periodista de la vieja escuela, de las que creen que esa es una profesión con un compromiso ético. Salió de TVE para ir a Antena 3, de donde la despidieron precisamente por esa razón y porque no era manipulable.


Ha dedicado el premio a Juan Luis Cebrián, que la llevó a TVE, a Pedro Erquicia y a Pedro V. García, con los que trabajó en Informe Semanal y en el Telediario. También a su hijo, al que tantas veces hubo de dejar para ir a trabajar, sin que nunca se quejara. ¡Ah, la misma historia de todas las madres trabajadoras, siempre luchando con la razón y el corazón!

La ceremonia ha tenido el sabor de una recompensa vital. A ellos y a los restantes galardonados, todos ellos con una larga vida profesional, se les veía emocionados, rodeados de sus familias.

Al término del acto, los periodistas y cámaras se han lanzado hacia el ministro para tirarle de la lengua sobre la sentencia del Estatuto de Cataluña. Le tienen cogido el punto, saben que don Tino tiene ojito y medio puesto allí.

Lejos del barullo, Manolo y Josito siguen atentamente las palabras. Se los ve henchidos de satisfacción, ahora que parece que tienen prórroga puesto que el presi no piensa cambiar de ministros. O si piensa, no lo dice.

Fíjate que a mi me da que la alegría va a durar poco…

Vuelvo a casa sin que la Comunidad de Madrid haya conseguido que el metro funcione.

Algunas radios echan chispas, llaman los oyentes para protestar porque no hayan respetado los servicios mínimos. También las cámaras se han echado a la calle preguntando a la gente sus experiencias sin metro.

Voy dándole vueltas a la colisión de derechos: el de huelga y el de los ciudadanos a usar el transporte público y llego a la conclusión de que la huelga es el único mecanismo que nos queda a los trabajadores para protestar ante el poder del dinero, que anda tan crecido. Vamos camino de volver a ser siervos de la gleba, pienso.

De repente, me doy de morros con un micrófono. Quien lo porta no se molesta en pedirme permiso, me pone la esponjilla casi en el paladar. Con dificultad logro leer el rótulo identificativo: COPE. Mira por dónde, me digo.

- ¿A usted también le ha destrozado la jornada la huelga de los trabajadores del metro?, pregunta el del micro, ya se ve que inocentemente.

Yo rebusco dentro de mí la cara más dulce y educada que encuentro. Adopto un tono de voz medio pijo y respondo:

- No, no, a mí me parece que andar es un ejercicio muy sano y como, lamentablemente, de ordinario llevo una vida muy sedentaria, estoy encantada de la ocasión que me han brindado estos honrados trabajadores. Aparte de que admiro mucho a quien es capaz de enfrentarse a alguien con tan pocos escrúpulos morales y políticos como doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa consorte de Murillo y grande de España.

Mientras hablo, subo el bolso de Vuitton – legítimamente falso, pero que da el pego – para que lo vea y saco de él mis gafas Gucci – legítimamente auténticas – y le pregunto con aire inocente:

- ¿Alguna otra pregunta, joven?

domingo, 27 de junio de 2010

Los retratos de Ghirlandaio


El museo Thyssen ha traido una exposición temporal dedicada a Ghirlandaio, un pintor florentino que me gusta especialmente. Pueden verse algunas de sus obras en la iglesia de la Trinidad y en Santa María Novela, ambas en Florencia, pero me gusta especialmente el fresco de la Última Cena en el refectorio del convento de San Marcos, donde vivió Fra Angelico, otro de mis favoritos (también vivió Savonarola).


Muchas son, a mi manera de ver, las cualidades del Thyssen; a mí me gusta especialmente porque tiene las dimensiones justas, se puede ver confortablemente en una jornada, tiene obra representativa de todas las épocas y estilos y, aunque no toda sea de primera línea, la representación es muy digna.

En el colmo de las venturas tiene también un restaurante con una carta justita pero atinada y una relación calidad-precio razonable. Finalmente, tiene una tienda con una oferta variada y, por lo general, de muy buen gusto. Este capítulo se lo atribuyen a la baronesa Carmen Thyssen, personaje habitual de las revistas del colorín en sus múltiples facetas.

La exposición temporal está dedicada a “Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia” y cumple lo que promete. Distribuida en ocho salas, centra la atención en los retratos del artista y, principalmente, en el de Giovanna Tornabuoni que, ciertamente, es una belleza.


Como cabía esperar, la gente se amontona en torno a esta tabla que, casualmente, pertenece a la colección permanente del museo.

Digo que cabe esperar porque, por alguna razón que no soy capaz de descifrar, basta que se monte una exposición monográfica para que la gente pierda el trasero por ir a verla y se pase horas en la cola para entrar. Aunque la mayoría de los cuadros estén permanentemente en el museo que corresponda sin que se les haga demasiado caso.

Mi chico ha elaborado una teoría acerca de la tendencia al gregarismo y la afición a las colas de los españoles en general y de los madrileños en particular.

- Si te paras en una calle dos minutos, antes de que reanudes la marcha se te habrá pegado alguien dispuesto a esperar que le llegue el turno no importa para qué, sostiene.

A lo que iba, entre los retratos de la exposición figura uno que me llama la atención: el de Selvaggia Sasseti. Pertenece a la colección del Metropolitan de Nueva York y es una tabla de 57 x 44 centímetros. Me atrae la expresión de la joven, su aire de modernidad, incluido el colgante que porta, que aceptaría encantada cualquier chica de hoy.

Me quedo un rato observándola, tratando de descifrar el mensaje de la mirada de la joven Sasseti, hija del banquero de los Médici. La imagino paseando por las calles de Florencia, cruzando el Ponte Vecchio…

Al cabo de un rato, empiezo a pensar que su cara me suena.

- ¿No crees que se parece a alguien?, le pregunto a mi chico.

- No me suena de nada, contesta él.

Sigo dándole vueltas. En la tienda compro un imán que reproduce su imagen. Llego a casa y lo coloco en la nevera, que se me va a caer del peso de los imanes.

De repente, caigo en la cuenta. Se da un aire a la nuera de la baronesa Thyssen, esa joven despeinada que, según la suegra, se está comiendo la herencia y está llevando al hijo por mal camino.


Mi chico se ríe de mí.

- Te lo tengo dicho, una chica como tú no debería leer el colorín.

jueves, 24 de junio de 2010

Al coger el trébole

No sé los demás pero yo casi todo lo que sé lo he aprendido en los libros. Luego, la vida te ilustra pero las primeras nociones te las ofrecen los libros.

Descubrí Asturias a través de un escritor del que las nuevas generaciones no han oído hablar: Alejandro Casona.

Este autor se merece una entrada aparte y quizá otro día me anime a escribir sobre él. Hoy quiero recordar que me abrió una ventana a la magia de la noche de San Juan en su Asturias natal, región a la que me escapo siempre que puedo y en la que he tenido vivencias hermosísimas.

Aquel año, llegamos a Poo de Llanes a última hora de la tarde del 23 de junio de 1990 y nos alojamos en un hotelito familiar que nos había aconsejado un amigo. Cenamos en el mismo hotel y nos acostamos pronto.

Me despertaron unas voces que cantaban en el exterior. Mi chico dormía plácidamente y no quise despertarle. Me levanté y por la ventana vi pasar a la ronda que cantaba las canciones de San Juan.

A coger, el trébole,
el trébole, el trébole;
a coger el trébole
los mis amores van.
A coger, el trébole,
el trébole, el trébole;
a coger el trébole
la noche de San Juan.

Era un grupo de chicos jóvenes y yo deduje que estaban rondando a las mozas del pueblo. Pasaron bajo mi ventana y pude distinguir nítidamente sus caras, su expresión alegre.

Cuando volví a la cama, sin hacer ruido para no despertar a mi chico, aún se oían los sones de la cancioncilla.

—Qué quieres que te traiga,
que voy a Madrid;
qué quieres que te traiga,
que voy a Madrid.
—No quiero que me traigas,
no quiero que me traigas,
no quiero que me traigas,
que me lleves sí,
que me lleves sí.

Al despertanos, se lo conté a mi chico que me corroboró que él no había oído nada.

- Estaba tan cansado, que he debido de dormir como un tronco, se justificó.

Mientras desayunábamos lo comenté con el dueño del hotel.

- Vaya ronda animada, la que ha pasado esta noche, le dije, he estado viéndolos por la ventana.

El hombre me miró con aire socarrón.

- Ya me extraña, respondió.

- Cantaban el trébole, la cancioncilla de San Juan, añadí.

- Otra que tal baila, comentó el hombre.

Yo no entendía muy bien de qué estaba hablando. El hombre nos invitó a seguirle. Salimos al exterior y rodeamos la casona hasta asomarnos a la fachada en la que se abría nuestra ventana. El mar había cubierto las peñas que separaban el edificio de la playa y casi lamía la pared.

- El agua está bajando ya pero esta noche ha habido marea alta así que es imposible que nadie haya pasado por aquí, ni cantando ni sin cantar, explicó, salvo que lo haya hecho nadando.

- Le aseguro que los he visto claramente, aseguré por mi parte.

- Si usted lo dice, respondió el hombre, incrédulo.

- ¿Estás segura de haberlo visto? Insistió mi chico, una vez se hubo ido el hombre.

- Segurísima.

Lo estaba entonces y sigo estándolo hoy. Por muy alta que estuviera la marea, aquella noche pasó bajo mi ventana una ronda cantando.

A coger el trébole
la noche de San Juan.

Es entonces cuando me viene el recuerdo de Alejandro Casona, que escribió en La Dama del Alba, sobre “los encantos que siempre ocurren la mañana de San Juan”.

miércoles, 23 de junio de 2010

Fantasmas del solsticio


Hay quienes tienen una visión conspirativa de la existencia. Creen que los acontecimientos se conjuran para fastidiarnos. Que hay gente que no tiene otra misión que frustrar nuestras expectativas, agotar nuestras posibilidades y agotarnos a nosotros mismos.

No participo de esa teoría pero hay ocasiones en las que estoy por pasarme de bando.
Llevamos unos días en que las nubes que se han asentado encima de nuestras cabezas en forma de crisis parece que son un poco menos negras. Europa ya no nos considera sospechosos de fuleros, el superemperador Obama le dice cositas al oído a Zapatero, las empresas se quejan un poco menos, a pesar de que la función principal de las empresas parece ser la de quejarse de que los elementos no le son propicios.

Para no mencionar al jefe del misterio…ni, que le han dado prórroga cuando ya tenía la maleta a medio hacer, que sólo le lleva un cuarto de hora.

Pues en medio de tanta bonanza y sosiego de espíritu, llega Boyer y manda parar. Se planta a hacer entrevistas asegurando que hay que abaratar el despido para crear empleo. Y bajar los salarios para mejorar la productividad. Una se pregunta, pero ¿quién es este palomo para pontificar de esta guisa?


Confieso, para evitar malentendidos, que Boyer me cae mal porque tuve la fortuna de conocer a su primera mujer, Elena Arnedo, una ginecóloga con una vida profesional y una cabeza espléndida, feminista, hija de la escritora Elena Soriano. No censuro el abandono, que el amor es ciego, pero eso no impide hacer bien las cosas. Este es el que se ligó a la Preysler cuando ambos estaban casados, que los primeros sorprendidos fueron los cónyuges respectivos, al enterarse por los periódicos. Y cuando uno es desleal, es desleal, no hay que darle más vueltas.

Este pollo es el mismo que expropió Rumasa y luego la fue vendiendo a trocitos, al plom, chibiricú, chibiricá, chibiricuri, curifá. Con la casualidad de que siempre tocó a los predestinados.

El mismo que ha ido escorándose, escorándose siempre en la misma dirección hasta recaer en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, más conocida por Faes, el alma mater que infunde los discursos de Aznar el belicoso.

Ahora resulta que es uno de los asesores del gobierno en materia económica, lo cual explicaría algunas tendencias. Pero en vez de hacerlo discretamente, que es lo que haría cualquiera con sus antecedentes, sale a la palestra como el chulito de película.

Aquí está don Juan Tenorio para quien quiera algo de él, parece decir el que fue ministro de Economía y Hacienda con Felipe González.

Simultáneamente, el gobernador del Banco de España, ese pobre hombre que se ha rebajado el salario a 11.785 euros al mes, que no sé cómo va a poder arreglarse, y que responde al nombre de Mafo Fernández Ordóñez, sale a la palestra a declamar que la reforma laboral le parece insuficiente y reclama que se reformen las pensiones que las actuales son un despilfarro, justo en el momento en que don Tino expone las cuentas de la Seg. Social en el Congreso.

Y en este revival, sale Antonio Gutiérrez, que fue secretario general de Comisiones Obreras antes de pasarse al PSOE con el tiempo justo de incorporarse a las listas al Congreso. De este mozo, a quien recuerdo en sus tiempos de trabajador en la Michelin de Valladolid, allá por el año 76, no se le conocían grandes aportaciones en su tarea parlamentaria hasta ayer, que se adelantó al proscenio a explicar que se iba a abstener en la votación de la reforma laboral, contra la intención del grupo socialista de votar favorablemente.


Que está muy bien eso de distanciarse del rebaño si se hace en el punto y hora adecuados. Por ejemplo, en el grupo parlamentario. Podía haberle recitado al portavoz Alonso:

- Mire usted, jefe, que hay cosas que un sindicalista como yo no puede tragar sin riesgo de síncope. Mi propuesta sobre la reforma es ésta otra.

Y, a continuación, haber abierto un debate político como debe ser. Alternativamente, si cree que no tenía espacio para el debate, podía haber presentado su dimisión. Pues parece que no.

Como guinda del pastel, el presidente de la Ceoé, oé, oé, don Díaz Ferrán, que se ha quitado un peso de encima al vender sus empresas y endilgar el problema a otro, y se dispone a afianzarse un poco más como gran manitú de los empresarios, es aclamado como el crisol de las virtudes empresariales y, crecidito como va, declara que ya no es tiempo de discusión y sí de terapia de choque, mientras los diputados votan la reforma laboral.

Menos mal que esta noche es la de San Juan. Voy a quemar en la terraza todos los papeles en los que salen estos fantasmas. A ver si conjuro los males que nos aquejan y convoco a los buenos espíritus a que nos sean propicios.

lunes, 21 de junio de 2010

El día de la música


Hoy es el día de la música en Europa. No sé en virtud de qué antecedentes, pero desde hace un cuarto de siglo, alguien ha convenido que hoy es un buen día para disfrutar de la música.

En Madrid han organizado conciertos a tutiplén ya durante el fin de semana y hoy muy especialmente. A las 7 en la Plaza de Oriente estaban anunciados los Cíngaro Drom, un grupo que, según la publicidad, nació hace dos años en Madrid, donde se cruzaron los caminos de siete músicos procedentes de Hungría, Portugal, Francia y España.


Sus melodías, prometía el anuncio, están cargadas de alegría, pasión y vitalidad y su música sumerge al espectador en un viaje a Servia, Macedonia, Bulgaria, Hungría e incluso a la India. La actuación estaba patrocinada por la Casa Sefarad de Israel.


La oferta era la suficientemente sugerente como para salir de casa, a pesar de la competencia futbolera. De camino hacia el concierto, nos encontramos que en la iglesia de San Ginés (calle Arenal, al ladito del Joy Eslava y más al ladito aún de la Chocolatería San Ginés – el mejor chocolate con churros de Madrid y alrededores) hay una coral ofreciendo piezas del repertorio polifónico.

Dudamos si quedarnos o seguir, pero hay demasiado barullo y mucha gente así que continuamos camino de la Plaza de Oriente. Llegamos a tiempo, aún no ha empezado la actuación. No hay sillas, cada cual se sienta donde puede, la mayoría en el suelo, nosotros pillamos un espacio en los escalones. Los que no, permanecen de pie.

Los Cíngaro Drom tienen buen ritmo y gusto en sus melodías, enseguida enganchan a la gente. Hay bastantes jóvenes pero también mayores. Muchos se animan a bailar.

El momento tiene su encanto.


Una pareja de abuelos pasea a su nieto en el cochecito.


Cerca, corretea una niña que viste una camiseta de la selección de futbol. Un grupo numeroso, próximo al estrado de los músicos, baila animadamente.


Una mujer danza sola, a su aire.


A unos metros de donde estamos sentados, en la verja que cierra los jardines de Sabatini, una placa recuerda “A los héroes populares que el 2 de mayo de 1808 iniciaron en este mismo lugar la protesta y sacrificio contra las tropas extranjeras”.

Me vienen a la memoria otras imágenes más recientes: las convocatorias a favor de Franco, el famoso millón de manifestantes que jamás han cabido en esta plaza.


En la puerta del palacio real, una pareja de la guardia civil – ella y él – charlan distendidamente.

Los músicos siguen su actuación. Entonan canciones cíngaras y, para cerrar la primera parte, anuncia uno de los cantantes, una canción para celebrar el verano, que hoy se estrena. Sumertime, de Gershwin.

Sobre todos nosotros, se asoma la luna creciente.

Cojo la mano de mi chico y le doy gracias a la vida, que me ha dado otro verano más.

domingo, 20 de junio de 2010

Mis ciudades amadas: Tánger



Hay que tener mucho cuidado con lo que se desea porque, con frecuencia, los sueños se cumplen.

Cuando yo era (más) joven creí que esa frase era una cita literaria. Me ha llevado algún tiempo comprender cuánto tiene de verdad. Hay que tener mucho cuidado con los deseos que una cultiva.

Voy a ceñirme a las ciudades con las que he soñado pero la apreciación es válida para cualquier aspecto de la vida.


No había cumplido los diez años cuando tuve una maestra que acababa de trasladarse desde Tánger. Trasplantada de una ciudad cosmopolita a un pueblo mesetario, debía estar carcomida de nostalgia por lo que, a poco que la ocasión le diera pie, nos hablaba de aquella ciudad que había tenido el calificativo de internacional.


Por entonces no tenía ni idea de lo que era una ciudad internacional y a duras penas era capaz de ubicar Tánger. Ignoraba todo lo que se refiere a intereses geopolíticos. Pero la maestra fue capaz de inocularme un interés por aquel mundo que ella había conocido, por la ciudad que acogía a escritores y a espías de medio mundo, que había sido fundada por los fenicios y en la que se habían asentado griegos, visigodos y bizantinos y de la que había partido “el moro Muza” para conquistar la península ibérica.


Una ciudad por la que habían pasado portugueses, británicos y españoles y en la que convivían en armonía cristianos, judíos y musulmanes. Desde la que, según aseguraba la maestra, España se divisaba al alcance de la mano y se perdía la vista en el horizonte atlántico. Aquellos relatos debieron quedarse enquistados en mi memoria y convirtieron a la ciudad africana en un sueño viajero.



Pasados los años, conocí a un escritor, Jesús Carazo, que había sido profesor en el instituto español de Tánger. Volvió a refrescar aquellos recuerdos y avivó el deseo de conocer una ciudad que, en aquel momento, me parecía un sueño inalcanzable.

Hasta que, muchos años después, me encontré con las riendas de mi vida. Capaz de decidir adonde quería ir sin tener que ponerme de acuerdo con nadie. Era la primera vez que me sucedía en la vida. Ni padres, ni hijo, ni marido con quien pactar el viaje.

Me fui a Tánger.

Caí rendida a sus encantos. Es verdad que llegaba en el punto exacto de sazón. Liberada de un yugo que me había pesado demasiado, saboreando una libertad que casi me resultaba desconocida. Me recorrí sus calles, hablé con sus gentes, fotografié sus rincones, a sus aguadores, los colores de la medina. Comí sus platos, sus dulces. Me levantaba de madrugada para saborear el regusto de pasear sola por sus calles, de ofrecer miradas solidarias a las mujeres con las que me cruzaba y degustar mi libertad conquistada.


Fue un viaje inovidable. Por la ciudad, tan europea y decadente, tan viva pese a todo, tan acogedora. Por mí misma, que había conquistado mi derecho a viajar a mi ciudad soñada.


De aquella visita han pasado veinte años. A veces, hago planes de volver pero enseguida los abandono. Prefiero guardar la imagen un poco añeja ya de la ciudad amada. En ocasiones, como ahora, remuevo los recuerdos y vuelvo a guardarlos como las fotos amarillentas de un album viejo.

jueves, 17 de junio de 2010

Marks & Spencer versus Marx & Engels.


A lo mejor me equivoco porque vivimos tiempos tan convulsos que no es posible establecer similitud con otros antecedentes aunque fueran igual de convulsos.
Vaya por delante que por el “metin” han pasado ministros de toda condición. Los ha habido aplicados y ociosos, inteligentes y lerdos, educados y groseros, buenos políticos e insolventes. Algunos han seguido una carrera provechosa y otros han cerrado aquí su ciclo. Lo hemos visto casi todo.

Pero don Tino es otra cosa. Para empezar, no se le conoce demasiado dominio de la materia que se le ha encomendado. Se suponía que él era experto en inmigración al haber resuelto satisfactoriamente la integración de los trabajadores extranjeros en una población con una elevada tasa de inmigrantes, de la que él era alcalde. La alcaldía le llevó a la Diputación de Barcelona y, de allí, por las razones que sea, que los arcanos presidenciales son inescrutables, un día se vio impulsado al ministerio.

Aquí llegó con cara beatífica, que es la que se les pone a los ministros en sus primeras jornadas. La expresión le duró poco, lo justo para enterarse de que la crisis venía atizando fuerte y que ella por sí sola se iba a encargar de ordenar los flujos migratorios.

- ¿Qué hago yo ahora?, debió de preguntarse en un momento de incertidumbre.

- Donde fueres haz lo que vieres, le respondería Manolo, su asesor en temas de comunicación.

El ministro miró alrededor y se encontró con que le habían dado nombrados a sus dos secretarios de Estado, que vienen a ser como los viceministros: la de Emigración e Inmigración y el de S. Social.

- A éstos ni me los toques, que es cosa mía, debió de decirle el presidente.

Le dejaron por su cuenta los segundos niveles: secretario general, jefe de gabinete, directores generales, asesores… Se trajo de Cataluña a un equipo que no conocía demasiado el percal, que quizá fueran buenos en los ámbitos locales o autonómicos pero que, trasladados al ámbito estatal, naufragaron. Y les han ido dando hasta en el dni.

En un proceso que se retroalimenta, el equipo catalán ha ido cultivando un sentimiento de autoflagelación. Se han sentido incomprendidos. No nos quieren porque somos catalanes, se han repetido cual mantra hasta persuadirse de que todo lo malo que ocurre se debe a esa supuesta malquerencia.

En lo que corresponde a don Tino, si te fijas detenidamente, tiene pinta de alcalde y no debía ser malo puesto que fue reelegido. Es confianzudo y gana en el cuerpo a cuerpo. Se ve que está acostumbrado a tratar con el personal de tú a tú.

Lo que pasa es que no es lo mismo un vecino que te expone sus cuitas que un sindicalista con el colmillo retorcido o un ceoé con la dentadura completa en espiral. A éstos no los convences con una palmadita en el hombro. Estos quieren papeles y alguien que sepa de lo que habla cuando se trata de negociar. Alguien con autoridad para convencerlos y con autoridad para mediar entre las partes.

Me da a mí que don Tino no se ajusta a ese perfil. Por eso ha jugado un papel endeble en la negociación con los agentes sociales y no se comido una rosca en la última tanda de negociaciones con los portavoces políticos. Ni consiguió que avanzara el diálogo social ni ha logrado convencer a ninguno de los portavoces. Y, como tonto no es, se ha percatado de que el presidente le ha hecho luz de gas y que ha sido ninguneado hasta por el secretario de Estado de Hacienda.

Por los pasillos se oye que el ministro está deseando volver a Cataluña, sacudirse la tierra de sus zapatos y dar por finiquitada su etapa ministerial. Buena parte de su equipo es de la misma opinión.

¿Y ahora qué? Pues ahora ná.

No jugaré a adivina pero todo apunta a que el presidente debe ir pensando en cambiar de equipo si quiere llegar al final de legislatura. Pero vete a saber lo que piensa un presidente que empezó como el mesías y anda dando puñetazos al aire, contra las cuerdas dentro y fuera.

Hoy, con la reforma laboral publicada en el BOE, todo tenía un aire de fin de etapa. ¿Qué ha pasado en este tiempo?, me preguntaba. Y sólo encontraba respuesta en la definición que un día dio Margaret Thatcher: Marks & Spencer han triunfado sobre Marx & Engels.

¡Qué tiempos nos está tocando vivir!

lunes, 14 de junio de 2010

A mí, Manolo, que los arroyo

Este trajín va a acabar con todos nosotros. Conmigo, al menos. No sabes que semana ha sido la pasada, que esto no es un ministerio, es un jubileo. Todo el día en las primeras de los periódicos y abriendo los noticiarios de las teles.

Todo el día sonando el timbre, que llega el ministro, que sale el ministro. Todo el día entrando las cámaras, entrando los sindicatos, entrando los ceoés, entrando los asesores. Un sinvivir.

Días ha habido que han empalmado con las noches con la palabra clave, el ábretesésamo de la negociación.

Llegado a este punto te dirás, como me digo yo, ¿Pero no llevaban dos años negociando? Efectivamente, eso es lo que se ha venido llamando el diálogo social. El presi ha repetido por activa y por pasiva que era partidario del consenso con los agentes sociales a la hora de afrontar las reformas que España necesitaba, en concreto, la reforma del mercado laboral.

Bien es verdad que nadie ha explicado en este tiempo por qué el mismo mercado laboral que ha servido años atrás para crear tropecientos mil puestos de trabajo resulta ahora inservible. Va a ser cosa de los trabajadores, seguro.

A lo que íbamos. Tanto empeño se había puesto en el asunto que hasta se nombró un negociador titulado: el llamado “Director del Gabinete para el Diálogo Social”. El nombramiento se interpretó también como una forma de marginar al ministro en un momento en que don Tino vivía sus horas bajas y se decía que el presi había dejado de quererle. Que es que estos chicos son como niños.

Dos años que se nos han ido en idas y venidas, en reuniones aquí, allá y acullá. Sin avanzar un paso. Sin que nadie supiera dónde estaban los puntos críticos, las dificultades, las coincidencias y los desacuerdos.

Dos años de negociación con una Ceoé, oé, oé, presidida por un empresario del que se iba conociendo que debía hasta el rimmel de las pestañas, pasando por el salario de sus empleados y las cuotas de la SS. Lo que se llama un modelo, el prenda.

Dos años de negociación con unos sindicatos cada vez más burocratizados, sin que se conociera una sola de sus propuestas, novedosas o tradicionales.

Dos años sin que se supiera cuál era la posición del gobierno ni si alguien estaba dispuesto a mover ficha.

Dos años mareando la perdiz. Y, de repente, resulta que a todos les entran prisas por reunirse y se pasan la noche en el ministerio. Que digo yo, ¿Dónde me he perdido el hilo de esta historia?

Parece ser que un día de estos, don Tino miró al presidente Zapatero y le vio como mustio.

- ¿Pasa algo, jefe?, parece que le dijo.

- Pasa que esto no puede seguir así un día más y hay que acabar con tanta tontería. O me traes un pacto social o me lío la manta a la cabeza y mando una carta al BOE que va a temblar el misterio.

- Déjalo de mi cuenta, respondió el ministro.

Don Tino, que a la sazón se hallaba imbuído del espíritu del mundial que nos invade, recordó a Belauste, llegó al despacho y antes de decir “nos días”, dijo a su secretaria:

- Que venga ahora mismo Manolo.

Medio minuto después allí que estaba el aludido.

- A mí, Manolo, que los arroyo, dijo don Tino.

No necesitó de más. Manolo tradujo cabalmente las órdenes del jefe en el siguiente articulado:

- Convocar una nueva y “refinitiva” reunión del diálogo social con la mayor pompa y boato posibles.

- Convocar a la prensa para que diera fe de la llegada de los convocados y lanzara el mensaje de que el jefe es hombre de autoridad.

- Enviar el mensaje a Catalunya de que don Tino sigue presente y que hasta el item misa est no puede decirse que se ha acabado la misa. No vaya a ser que Montilla se ponga a hacer listas a lo tonto y el mejor mulo se quede sin manta.

La cosa no ha salido exactamente como el guión pero aquí estamos con don Tino de reina por un día. Puesto que el diálogo social se ha quedado mudo total, ha dejado por imposibles a sindicatos y empresarios y se ha puesto a hablar con los partidos políticos a ver si saca algo de sustancia. Que parece que tampoco hay mucho que rascar.

El PP, alias el Partido de los Trabajadores, que lleva meses dando la matraca con que se necesitan reformas, ahora anda buscándose la pulga como la Chelito y haciendo gracietas con las líneas rojas, pero ni palabra sobre que opina de esta reforma. CiU ya ha dicho que le parece un churro. IU reitera que siempre son los trabajadores quienes tienen que pagar los platos rotos y que a ver donde están las políticas de izquierda.

Para añadir más agitación, vuelven los fantasmas del pasado. Felipe González anda de bolos en radios y teles. “La gente está inquieta con el gobierno y con la oposición”, declara. Aznar se aparece en carne mortal para manosear a Eta, otro fantasma.

Aquí andamos todos exhaustos con el trajín de los últimos días. En la prensa, algunos se preguntan dónde está la izquierda europea. Otros, hacen bromas con la vida gatuna de don Díaz Ferrán, otra vez vivito y coleando.

Yo me siento invadida por el excepticismo y me viene a la memoria el bueno de Iriarte:

Tantas idas y venidas
tantas vueltas y revueltas
quiero, amiga, que me digas
¿son de alguna utilidad?

jueves, 3 de junio de 2010

Un respiro


No es para tirar cohetes pero sí un respirillo. Los datos han salido un poco menos malos este mes: ha subido en 113.237 el número de ocupados y ha bajado en 76.223 el de desempleados. En la bolsa del paro sigue habiendo 4.066.202 personas y la lista de cotizantes suman 17.761.897, lejos de los casi veinte millones que llegó a tener.
Pero es el tercer mes que sube el número de ocupados y eso es, al menos, alentador.

Sin embargo, en este ministerio las dichas son escasas y nunca completas, ya lo sabe don Tino. Ni tiempo ha tenido para congratularse en las cifras porque anda enfrascado en el diálogo social, tratando de componer lo incomponible.

El presi ha hecho del consenso la marca de la casa.


- Mira a ver si me los pones de acuerdo, le encomendó a don Tino, señalando a empresarios y sindicatos.

El ministro hizo lo que pudo pero el jefe de la Ceoé, oé, oé, se puso bravo y no hubo manera de hilvanar un acuerdo. Así han pasado dos años, como ya se encargan de recordarle desde las filas peperas.

El jefe de la Ceoé es don Gerardo Díaz Ferrán, que bastante tiene con mirarse lo suyo como para mirar lo ajeno. Que tiene gracia – maldita, pero gracia – que el representante del empresariado español sea un individuo al que cualquier día le echa el guante la Guardia Civil. (Es una metáfora. En España la Guardia Civil raramente echa el guante a un empresario, por muy chorizo que sea).

Este, don Ceoé, oé, oé no es lo que en medios decentes se entiende como un empresaro modelo. Debe varios meses de salario a sus empleados, tiene deudas millonarias con la seg. Social por impago de cuotas y en verano dejó en tierra a cientos de viajeros que habían pagado religiosamente sus billetes de avión en la compañía de su propiedad. Amén de otras hazañas igual de meritorias, como avalar sus deudas con bienes previamente embargados u obtener ventajosos créditos de la entidad de la que era consejero dejando el pufo correspondiente.

Los empresarios, pese a todo, consideran que este prenda los representa cabalmente. Ellos sabrán si éste es el nivel maribel del empresariado nacional.

Decía que empresarios y sindicatos llevan dos años hablando, como los novios antiguos, aunque el tema de conversación es la reforma laboral. El presidente Zapatero ha decidido sacrificar el consenso y ha advertido que habrá reforma el 16 de junio haya o no haya acuerdo.

Los no iniciados en los arcanos de la política profunda se preguntan a qué viene tanta prisa ahora, que parece que asoma la salida de la crisis. La respuesta es que los mercados financieros reclaman la reforma para sentirse seguros y no dar otro tantarantán a la deuda española y al euro. Los mercados financieros, un misterio más intrincado que el de la santísima trinidad.

Bueno, pues aún no se ha firmado la reforma laboral y ya salen voces de empresarios advirtiendo que por sí sola no crea empleo.

- Un pan como unas tortas es lo que estamos haciendo, ha debido de decirle Manolo a don Tino.

- Y que lo digas, macho, le habrá respondido el jefe.

Por mi parte, estoy desolada. Al gobernador del Banco de España, de soltero Mafo Fernandez Ordóñez, también le van a bajar el sueldo. Nada menos que un 15%. Pordios, si yo me quejo de que me rebajen el 5%, ¿cómo tiene que estar este pobre hombre?


El gobernador del banco central español lleva años dando la vara con que los trabajadores españoles cobran más de lo que producen, lo cual es la causa de desastres de distinto calibre, a cual más trágico para el devenir de la nación.

Desde que descargó la crisis sobre el horizonte nacional, el gobernador viene dando vara y media y reclamando, incluso con malos modos, una reforma laboral de corte neoliberal que permita despedir a los trabajadores con un adiós muy buenas y que Dios le ampare buen hombre.

Don Mafo estaba en un tris de añadir y dé gracias que le han dejado trabajar hasta ahora, cuando alguien ha preguntado: Y este lumbreras, ¿Cuánto cobra?

El gobernador del Banco de España cobraba hasta ahora 194.198 euros al año, unos 13.860 euros al mes, repartidos en 14 mensualidades. Ahora, pasará a cobrar 165.000 euros anuales, 11.785 mensuales, más o menos.

Una minucia. El angelito gana más que el presidente del gobierno. Con la diferencia de que a éste podemos reprocharle si lo hace mal pero a don Mafo, ¿de qué le vamos a reprochar si España apenas tiene competencias bancarias desde su ingreso en la UE? ¿Cual es la tarea de este Fernández Ordóñez? ¿Cuál su responsabilidad? ¿Qué riesgos asume? ¿En virtud de qué méritos ha sido elegido? ¿Quién calibra y cómo se barema su competencia? ¿Dónde estaba este hombre cuando los bancos y cajas de ahorro concedían el dinero a espuertas sin mayores garantías y los directores y jefecillos se embolsaban sus ricas comisiones?

Le van a bajar el 15% del sueldo, al pobre. ¡Me da una pena a mí este hombre!

martes, 1 de junio de 2010

Mujeres por la paz


Ni la UNIFEM ni el IWC podían sospechar hasta qué punto su convocatoria iba a resultar tan oportuna para predicar con el ejemplo.

La UNIFEM es el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer, creado en 1976, dedicado al avance de los derechos de la mujer y la igualdad de género.

En su trabajo de apoyo a las mujeres en situaciones de conflicto ha logrado dos resoluciones del Consejo de Seguridad que son referentes fundamentales: la 1325 del año 2000 sobre la mujer, la paz y la seguridad, y la 1820 de 2008 sobre violencia sexual en conflictos.

La IWC es la Comisión Internacional de las Mujeres por una Paz Palestino-Israelí Justa y Estable, constituida en 2005, en la que participan mujeres líderes palestinas, israelíes e internacionales. Una red de mujeres que trabaja para alcanzar un acuerdo de paz palestino israelí y la creación de un Estado palestino, siguiendo los acuerdos internacionales defendidos por Naciones Unidas, y de la que forman parte abogadas, médicas, profesionales diversas, incluso parlamentarias de la Knesset.

¿Qué es exactamente la 1325? La Resolución de Naciones Unidas que reclama de los Estados miembros que tengan en cuenta la integración de género y la participación de las mujeres plena y equitativamente en todas las iniciativas de paz y seguridad. De paso, demanda un aumento de la representación de las mujeres en la toma de decisiones a la hora de prevenir, manejar y resolver los conflictos, que se apoyen las iniciativas de paz locales de mujeres y se proteja a mujeres y niñas de la violencia de género.

Cuando las mujeres y la Unifem en su nombre, exige la participación equitativa de las mujeres en las iniciativas de paz, lo que está reclamando es un punto de vista diferente al exclusivamente masculino a la hora de sentar las bases para la resolución de conflictos.

Esa es la reivindicación también de la IWC: que los negociadores de Oriente Medio tengan en cuenta la opinión de las organizaciones de mujeres a la hora de sentar las bases de un acuerdo de paz.

No lo tienen fácil las mujeres de la Comisión. Israel no permite que las representantes palestinas entren en territorio israelí ni a las representantes israelíes que atraviesen las fronteras de los territorios ocupados, de manera que para mantener una reunión de trámite han de trasladarse al extranjero, por lo general a Turquía o Malta. Lo cual no siempre resulta fácil y además es oneroso para entidades que se mantienen de sus propias aportaciones o de las, siempre escasas, procedentes de la Unión Europea.

Las asociaciones se mueven, pues, en el filo de la navaja, siempre bordeando el límite de la exclusión.


Me viene a la memoria el grupo de Sindyanna de Galilea, en Kufr Manda, una cooperativa de comercio justo formada por mujeres israelíes y palestinas, algunos de cuyos productos se comercializaban en Cataluña. (Entre otros, un jabón del Mar Muerto, buenísimo para la piel).

Otras, funcionan a la manera de sindicatos: formando a mujeres palestinas, educadas en las ideas tradicionales de que la mujer ha de permanecer en casa, para valerse por sí mismas, proporcionándolas instrucción y orientándolas en los itinerios laborales, tutelándolas. Los ejemplos son abundantes.

España está siendo anfitriona estos días de una Cumbre Internacional de Mujeres de Palestina e Israel, que se prolongará hoy y mañana en el Senado. Van a intervenir el presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo, los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Igualdad, Bibiana Aído, y la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género, además de expertos internacionales en gestión de conflictos. El objetivo de la reunión es promover el liderazgo de las mujeres para una paz duradera en el conflicto palestino-israelí.

La elección de estas fechas no ha sido casual. Estaba previsto que el encuentro coincidiera con la cumbre entre Estados Unidos y la Unión Europea que iba a celebrarse en Madrid y que fue suspendida por problemas de agenda del presidente Obama.

Cuando ellos dejaron caer esta cita de sus agendas, las mujeres decidieron mantener sus compromisos. Para ellas, poder reunirse sin fronteras ni limitaciones ya justifica la convocatoria.

P.S. A quienes, como yo, andan estos días acongojados y perplejos por lo sucedido en aguas internacionales: el ataque por parte del ejército de un país a ciudadanos desarmados de otros países no enemigos, me permito sugerir que visiten este blog del corresponsal de El País en Israel, Enric González. No aliviará la congoja ni desaparecerá la perplejidad, pero se le harán más comprensibles.
http://blogs.elpais.com/fronteras-movedizas/2010/06/la-fabula-del-pavo.html