viernes, 5 de noviembre de 2010

Rayos y centellas

La asociación en la que paso algunas tardes trabaja con mujeres. Por lo general, son peleonas, corajudas, acostumbradas a luchar en condiciones desfavorables, a ir contra corriente. La mayoría sale adelante, algunas no logran sus sueños, todas pagan un precio muy alto por sus pequeños triunfos.

Hace unos días, nos vino Luz María, una ecuatoriana que lleva años en España. Vino ella primera, luego su marido y después los hijos. También les han seguido una hermana y un hermano con sus respectivas parejas. Todos están perfectamente documentados, disponen de los preceptivos permisos de residencia y trabajo y, hasta hace unos meses, de trabajo.

Luz María nos cuenta que a su cuñado, que lleva varios meses en el paro, le van a embargar el piso por no haber podido pagar la hipoteca. Añade que, en vista de que no le salía trabajo, la hermana y el cuñado estaban pensando en volver a Ecuador dejando el piso al banco pero les han dicho que si, cuando el piso salga a subasta, el banco no consigue la cantidad adeudada puede instar un embargo complementario de sus bienes.

Están asustados, como es lógico. Imagínese que llegan a Quito y le embargan la casita que se han hecho con lo que han ahorrado todos estos años, nos cuenta.

Mientras oigo el relato me va subiendo la bilirrubina y noto como me van creciendo rayos y centellas por encima de la cabeza, como en los tebeos antiguos. Cagüen la voracidad de los bancos, me digo a mí misma. Y juro en arameo acordándome de las pingües comisiones que se embolsaron banqueros y bancarios en la época de las vacas gordas cuando casi te rogaban, por favor, que pidieras una hipoteca.

Pienso en algunos casos que conozco, en las cojocasas que se han levantado con las ganancias que obtuvieron entonces. Repartían hipotecas casi sin cautela porque con cada firma que conseguían les caían varios miles de euros. ¿Van a embargar también esas comisiones? ¿Van a responder con las cojocasas por el fiasco?

Juan José Millás en el El País abunda días atrás sobre lo mismo. Sin rayos ni centellas, mucho mejor, dónde vas a comparar.

7 comentarios:

Uma dijo...

¿y que pueden hacer??
Es muy triste pero es cierto! cuando nosotros pedimos la nuestra casi nos instaban a pedir mas dinero..."para los gastos"...yo tenia un trabajo "temporal" y M era mileurista...yo pensé que confiaban en nuestras posibilidades de futuro y yo misma confiaba...pero ahora descubro que solo era un activo tóxico más...aunque luego haya resultado que no...
Me da cosa que van a hacer esos pobres...ya contarás!
besos

Ellyllon dijo...

Lo siento pero no puedo con los bancos.
Como dices se llenaron de dinero a expuertas concediendo créditos e hipotecas sin ningún control. Ahora que apechuguen.

Que también han salido ganando en las ayudas que ZP dió.

Hostia, ¿nunca pierden?

Ah, no! la banca nunca pierde...

Un besazo
Elly

Tita dijo...

Yo pensé que esta crisis les sacudiría bien, porque los pisos que embargaran, valdrían menos que lo que prestaron.

Evidentemente, como ellos nunca pierden, se ve que ya lo tenían previsto y le tocará pagar al avalista, o a estos pobres (que podemos ser cualquiera en cualquier momento que nos quedemos sin curro) Habría que ver si con esos interesazos que pagamos desde el principio, no está ya bien pagado y requetepagado

Vaya mafia. A nosotros también nos ofrecieron más dinero de lo que valía el piso...para muebles decían. Mira, mi casa sigue a medio amueblar ¡no gracias!

Pilar Abalorios dijo...

(No Elly, ellos ni en lejía)
Perdona por contestar en tu casa, pero no he podido evitarlo.

Sé que no es razonable, pero ¿porqué no quemamos los bancos?

Me quema la sangre, el abuso sistemático y no se me olvidan sus anuncios, aún ahora vistiendose con pieles de cordero, sin reparar en la sangre que les resbala por los colmillos.

Perdona el tono.

Un beso y por cierto ¿cómo le va al heredero y la miss?

Anónimo dijo...

Durante varios años trabajé en una sociedad de tasación, y por ello traté muy de cerca a directores de oficina, "regaladores de hipotecas". Tuve muchos disgustos porque para poder dar las hipotecas que querían, presionaban muchísimo para que las tasaciones les salieran a su gusto, no te contaré todo lo que tuve que ver y escuchar, pero como nosotros no entrábamos al trapo, yo a veces lo pasé mal. Muchas de esas hipotecas hoy se han caído, y sólo algunos de esos directores y comerciales hoy están en la calle.
Pero a esas personas que han sido engañadas y están perdiendo sus casas, no les consuela saber que la persona sin escrúpulos que se forró a su costa ha empezado a pagar.

Anónimo dijo...

Pobre gente, como no van a estar asustados ante esta panda de ladrones, eso son los bancos, unos ladrones que se aprovechan del mas débil hasta dejarle seco !

El articulo que aportas muy bueno.

Besos y a disfrutar del puente !

La de la tiza dijo...

Uma: no hay mucho más que contar. Esa es sólo una de las muchas historias igual de dramáticas que se están dando a diario. No hay final feliz, los poderosos saben como arreglar siempre las cosas para que parezca un accidente.

Elly: nadie pide que la banca pierda, lo que se pide es que asuman sus errores, como cualquiera que hace un negocio. Y, en todo caso, que no carguen en sus víctimas el precio de sus errores.

Tita: ese es el término que yo creo que les cuadra: mafia.

Pilar: ¡ah, cómo echo en falta una cierta dosis de rebeldía para atreverme a quemar un banco, uno sólo, a ver qué pasaba! Me pierde la sensatez.

Rhiannon: efectivamente, quienes se han ido a la calle son los segundos niveles. Unos mandados de lujo, pero mandados. Los jefes, los auténticos responsables de cómo se hicieron las cosas, quienes más se enriquecieron, siguen en el machito. Dando lecciones.

Bet: eso son los bancos, es verdad, y el poder político que no es capaz de hacerles frente y establecer unas reglas del juego más justas. Se les va la fuerza por la boca.