sábado, 30 de octubre de 2010

Sin renunciar a mi sueño


Estos días millones de españoles visitan los cementerios para recordar a sus difuntos queridos. A mí me gustan estos lugares, creo que dicen mucho de cada pueblo, amén de que guardan hermosas esculturas y curiosas inscripciones.

En Madrid hay varios cementerios, el más conocido es el de la Almudena, que es una verdadera ciudad de los muertos. A su lado, separado sólo por una calle con tráfico rodado, se encuentra el cementerio civil, donde son sepultados quienes no profesan la fé católica.

Es un lugar tranquilo y poco frecuentado que me gusta visitar de vez en cuando.

Muy cerca de la entrada se encuentra la tumba de Dolores Ubarruri, Pasionaria, y a su lado, la de Pablo Iglesias.

Aquí descansan hombres que fueron admirados en su época:

Largo Caballero
Nicolás Salmerón


Jaime Vera, cuyo panteón es obra del escultor Emiliano Barral, muerto en la guerra civil.


El médico y escritor Laín Entralgo


El pedagogo y ensayista Giner de los Ríos.


Antonio Machado y Nuñez, padre del poeta homónimo.

El teniente Castillo, asesinado en los días previos a la rebelión del 18 de julio, cuya evocación produce un cierto escalofrío.

En la tapia del fondo una lápida recuerda a quienes "lucharon por la libertad, a los represaliados del franquismo".

Hay panteones con curiosas inscripciones:

Este, judío, me parece bellísimo en su simplicidad.


Y éste, de una enternecedora fidelidad:

Hay epitafios de una claridad meridiana:

O de una bella declaración de principios:


Personalmente, me gusta el de una doctora judía, enterrada en 1997.


Cuando no pude lo que quise, quise lo que pude. Sin renunciar a mi sueño. Hermoso lema de vida.

8 comentarios:

ODRY dijo...

A mi me gusto el cementerio de Paris, es algo fuera de lo normal, en Madrid no voy, a lo mejor por que me hace recordar la gente que ya no está y a la que tanto hecho de menos.

Un besazo.

Tita dijo...

A mí me pasa igual que a Odry: mis cementerios no me gustan por lo que me recuerdan, pero supongo que podría apuntarme a la nueva moda de las visitas guiadas por los cementerios. Me parece bastante trascendente lo que uno deja en su lápida, por ser lo único que casi seguro leerán de uno gente que no te conoce.

Aún no he ido a visitar ningún cementerio porque sí (ya digo, casi no voy al que nos toca) Aún recuerdo un entierro en la Almudena. Jamás había visto algo tan gigante, ciertamente es una verdadera ciudad.

Buen recorrido por éste, un abrazo

Uma dijo...

si que es un hermoso lema!! te enseña a luchar por lo que quieres y conformarse con lo que tienes sin renunciar a nada...
Me lo apunto!!!
besos

Pilar Abalorios dijo...

Hasta la tierra que ha de cobijar nuestros huesos determina quienes somos, así como las palabras que ya sin vida queremos seguri gritando al viento. Impresionante selección, de semblanzas y silenciosos deseos.

Despotrikator dijo...

"Cuando no pude lo que quise, quise lo que pude. Sin renunciar a mi sueño"
Lo que es seguro es que fue una persona muy feliz. Un saludo

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Se me olvidó comentar esta entrada, me ha encantado el paseo , cuanta historia hay detrás de estas tumbas.

Besos !

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias